Ciclo Hidrológico, Ciclo Hidrológico, lluvias, lluvias, tormentas, tormentas, huracanes, agua caída de las Nubes

Es originado en Océanos, lagos, lagunas, ríos, árboles, matorrales, hierbas y tierra firme

400 mil kilómetros cúbicos de agua circulan al año entre la Tierra y el Cielo

Escrito en 2006 y colocado en mi página en 2010

  • 335 mil kilómetros cúbicos se evaporan de los mares y apenas 65 mil kilómetros cúbicos en los Continentes o tierra firme
  • En los Continentes (América, Europa, Asia, África, Oceanía) caen apenas  100,000 kilómetros cúbicos del agua que sube a la atmósfera en forma de nubes blancas y oscuras
  • ¿Cuánta de esa agua, evaporada dentro y fuera del país, caerá en el año 2006 en suelo nicaragüense y latinboamericano, cuando se anuncian tantas Tormentas y Huracanes violentos?
  • La Atmósfera tiene un peso total de 5,600 millones de toneladas

Pablo E. Barreto Pérez

Antes de comenzar formalmente la época lluviosa o invierno tropical del año 2006, el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (INETER), pronosticó oficialmente una temporada nutrida de fenómenos meteorológicos de Tormentas y Huracanes Violentos, provenientes de los Océanos Atlántico y Pacífico, basándose en predicciones científicas de instituciones internacionales especializadas en este tema.

Por tantas Tormentas y Huracanes (se anuncian 17 en total entre junio y noviembre), uno se pregunta: ¿Los cielos se han vueltos violentos?

¿La Tierra se ha tornado feroz? ¿O es que la Naturaleza está pasando la cuenta por tantas alteraciones al Clima y al Medio Ambiente por parte de los seres humanos, en particular los que tienen en sus manos las industrias contaminantes?

El asunto de las Tormentas y Huracanes es ya del dominio público sobre cómo se forman, funcionan y se desplazan en los Océanos Atlántico y Pacífico, debido a que abundan las explicaciones periodísticas en medios informativos nacionales y extranjeros, tanto escritos, televisivos, radiales y en Internet.

Me voy a limitar a trasmitir datos sobre lo que indica el titular de este trabajito, para ilustrar a oyentes y lectores.

Según entendidos en Meteorología, las Nubes son en realidad agua en transición, que se evapora en la superficie de los Océanos, Mares, grandes Lagos, Lagunas, Ríos caudalosos, de pantanos, bosques, árboles en general, matorrales, maleza y hasta la humedad que se evapora de cuerpos vivos de seres humanos y animales.

Esta agua evaporada sube en forma de gas, empujada por vientos calientes en el océano de aire, donde hay partículas orgánicas e inorgánicas, llamadas polvo atmosférico. Este fenómeno meteorológico  de la formación de Nubes ocurre entre la superficie terrestre (o marina) y 17 kilómetros de altura, en la envoltura gaseosa de la Madre Tierra, donde se encuentran los siguientes gases: Nitrógeno, Oxígeno, Argón y Bióxido de Carbono, en volúmenes respectivos de: 78.08 por ciento, 20.95 por ciento, 0. 93 por ciento y 0. 03 por ciento.

Impactante nube cargada de agua, típico fenómeno climático en época lluviosa el en Trópico nuestro.  

Libros especializados de Meteorología, indican que en los Cielos nuestros se forman los siguientes tipos de Nubes:

Cirros: Nubes blancas, que tienen aspecto de franjas o filamentos aislados. Se forman entre 6,000 y 10,000 metros de altitud.

Cirroestratos: Nubes de gran altitud, cuyo aspecto es de un velo pálido y fino.

Cirrocúmulo: Nubes con copos blancos, que dan al Cielo un aspecto aborregado.

Altoestratos: Nubes grisáceas que se forman entre 3,000 y 4,000 metros de altura.

Altocúmulos: Nubes oscuras, dispuestas en grandes vellones y que dan al Cielo un aspecto aborregado. Se localizan en alturas inferiores a los 4,000  metros de altura.

Nimboestratos: Nubes grises y oscuras, densas, de baja altitud, que son indicadores de “mal tiempo”.

Estratos: Nubes finas, grisáceas, como una capa de niebla extensa.

Estratocúmulos: Nubes  de baja altitud (unos 2,000 metros), oscuras y extendidas.

Cúmulos: Nubes Blancas, de contornos netos, a veces muy elevadas. Suelen anunciar “buen tiempo”.

Cúmulonimbos: Nubes de tormenta, de gran desarrollo vertical y muy oscuras.

Si se pudiera suprimir la energía que calienta y activa la atmósfera (energía solar), todos los fenómenos meteorológicos desaparecerían. Dicha energía provoca calentamientos en la corteza terrestre  (que es desigual  y va en relación con la latitud, altura, nubosidad y tipo de sustrato), así como en capas de aire que se encuentran sobre ella. Para que exista la formación de Nubes, se necesita un determinado contenido de humedad en la atmósfera y que se efectúe un enfriamiento, para que el vapor de agua se condense alrededor de la infinidad de micropartículas sólidas que se encuentran en la atmósfera”, expresa una parte de un artículo especializado de la Revista “Geografía Universal” en español.

Añade: “Este enfriamiento puede ocurrir al elevarse el aire caliente (que es menos denso y ligero) a las capas frías superiores y alcanzar la temperatura adecuada para que se provoque la condensación. También las disminuciones bruscas de la presión atmosférica originan descenso de temperatura y la consiguiente condensación, que en este caso normalmente produce las nieblas. Por otro lado, las montañas son accidentes orográficos que contribuyen  de manera notable en el ascenso y enfriamiento del aire. Por último, los frentes de aire  (calientes y fríos), que se encuentran y convergen, provocan ascensos de capas de aire húmedo que originan Nubes de abundante precipitación” (lluvia, agua).

En la atmósfera existe una relación entre la temperatura y la capacidad del agua para permanecer en forma de vapor.

Nube vertical, impresionante, formándose en una mezcla de aire y humedad antes de la precipitación lluviosa.  

La Revista Geográfica referida, añade: “A más temperatura, mayor es el movimiento de las moléculas del vapor de agua que ocupan lugares en un espacio dado sin adherirse entre ellas y sin hacerlo en objeto sólidos. De acuerdo con esto, el aire caliente tiene un gran número de moléculas de vapor. Cuando el aire es frío, las moléculas disminuyen su movimiento y tienden a juntarse entre sí, o a pegarse en superficies sólidas, lo que da lugar a que se realice la condensación”.

La suspensión de  las pequeñas gotitas de agua en el aire es aparente. En realidad no flotan, sino que van cayendo en forma continua, atraídas por la fuerza de gravedad terrestre. Estas pequeñas gotas no llegarán a la superficie terrestre mientras no tengan tamaño y peso suficientes como para vencer la resistencia que les ofrece el aire. Al mismo tiempo, cualquier movimiento horizontal del aire las hace elevarse y mantenerse en la atmósfera.

Algunos libros enciclopédicos y la Revista Geográfica mencionada, indican que el ciclo hidrológico diario entre la superficie terrestre y los Cielos asciende a 400,000 kilómetros cúbicos de agua, evaporada, como decíamos, de Océanos, Mares, grandes Lagos y Lagunas, Ríos pequeños y grandes como el Amazonas, el Nilo, el Volga, el Rin, el Río de la Plata, el Río Orinoco, el Río Coco, el Río San Juan, el Río Wawa, el Río Escondido, el Río Grande de Matagalpa, la evaporación de bosques y montañas, de los matorrales, hierbas y árboles existentes en los parques de Managua, León, Chinandega, Matagalpa, Jinotega, Estelí, Ocotal, Madriz, Carazo, Rivas, Granada, Masaya, etc.

335,000 kilómetros cúbicos se evaporan del agua de los Océanos y Mares, y apenas 65,000 kilómetros cúbicos de agua se evaporan de los Continentes, es decir, de las montañas, Lagos, Lagunas y ríos de los Continentes de América, Europa, África, Asia y Oceanía.

Apenas 100,000 kilómetros cúbicos de esos 400,000 kilómetros cúbicos de agua evaporados todos los días en el Planeta Tierra, caen en forma de lluvias en la superficie terrestre, para que los seres humanos y animales la aprovechen para los cultivos agrícolas, para el agua potable, para la recarga de los acuíferos subterráneos y que den lugar a los ríos, para que se mantengan los niveles de Lagos y Lagunas, y para que los árboles den frutas, que son alimentos esenciales para el reino animal y para los seres humanos.

Esas mismas publicaciones especializadas señalan que el peso total de la atmósfera que rodea la Tierra está calculada en 5,600 millones de toneladas, y que aproximadamente el 95 por ciento de esta enorme masa de gases (aire) se localiza en los primeros 11 kilómetros, de la superficie hacia el o los Cielos.

Troposfera, Estratosfera, Ionosfera y Exosfera, son los cuatro términos esenciales para referirse a la Atmósfera.

Troposfera: Abarca desde el nivel del mar hasta una  altura  de 17 kilómetros, en la zona Ecuatorial, y de 11 kilómetros en las regiones polares. En esta capa se producen los fenómenos meteorológicos y en ella están contenidas casi todas las Nubes.

Estratosfera: Va de los 11 ó 17 kilómetros hasta los 80 kilómetros de altura. En esta capa no hay fenómenos meteorológicos. Es una zona de calmas, con buena visibilidad, lo que permite el vuelo de aviones supersónicos.

Inosfera: Se localiza de los 80 kilómetros  al límite superior de la atmósfera (de 1,000 kilómetros aproximadamente). En la parte baja de esta capa se encuentran las nubes nuctilucentes. Contiene partículas que actúan como buenos conductores de electricidad.

Exosfera: Es la última capa. Está localizada a alturas que sobrepasan los mil kilómetros. En esta capa, algunas moléculas de aire pueden alcanzar la velocidad de liberación y disiparse en el vacío relativo del espacio exterior.

Tormentas eléctricas

Esto de las lluvias tormentosas, o con descargas eléctricas potentes, es otra particularidad en la época lluviosa o invierno tropical.  Estas descargas eléctricas han matado a numerosos ciudadanos (y ciudadanas) en el país, y también han ocasionado incendios en vecindarios.

Esta poderosas rayerías son también fenómenos comunes al momento de las lluvias en el Trópico de América Latina.  

Entre los aspectos más impresionantes de una tormenta, en medio de la lluvia, a veces “en seco”, son los relámpagos y truenos. Estos fenómenos se deben a  la diferencia de carga eléctrica positiva y negativa entre las partículas que existen en la atmósfera, las Nubes y la Tierra. 

Cuando estas cargas eléctricas opuestas se atraen, se produce la descarga, mediante un chispazo. En principio, la Tierra está cargada de electricidad negativa y el aire posee la carga positiva.

Las descargas eléctricas  pueden ocurrir en el seno de una Nube tormentosa (casi siempre en los cúmulonimbos), entre Nube y Nube, o entre Nube y Tierra. En todos los casos, para que se produzca una descarga eléctrica debe existir una diferencia de potencial  de 10,000 a 30,000 voltios.

En el interior de las Nubes, las cargas eléctricas siguen una dinámica térmica y eléctrica compleja, basada en los movimientos interiores de las partículas de las mismas Nubes. Como esta dinámica es más notoria en las Nubes de gran desarrollo vertical (los cúmulonimbos), es partir de este tipo de Nubes que se originan fuertes Tormentas Eléctricas.

En cuanto a los relámpagos y truenos, se deben a la rápida expansión del aire calentado por efecto de la descarga eléctrica. Ese aire llega a alcanzar, entonces, temperaturas  de 30,000 grados centígrados.

El trueno es escuchado después de habervisto el relámpago porque la luz viaja a 300,000 kilómetros por segundo, una velocidad infinitamente mayor que la del sonido.

Para calcular la distancia a la que ha caído el rayo (descarga eléctrica), sólo se tiene que multiplicar por 340 el número de segundos que hubo de intervalo entre el relámpago y el trueno.

Finalmente, una gota de lluvia contiene alrededor de 8,000,000 de gotitas de Nube. El mayor tamaño que llega a tener aquella es de 5 mm de diámetro y su velocidad puede ser de hasta 27 kilómetros por hora.

Managua, junio del 2006. Fuentes bibliográficas: Revista National Geographic, Enciclopedia de Ciencias y Técnicas y Geografía Universal.

* Pablo E. Barreto Pérez: periodista, editor, investigador histórico, Cronista de la Capital, fotógrafo, concejal del FSLN en Managua, Orden Independencia Cultural Rubén Darío. Hijo Dilecto de la Ciudad de Managua, Orden Servidor de la Comunidad del Movimiento Comunal Nicaragüense, Orden José Benito Escobar Pérez de la Central Sandinista de Trabajadores (CST nacional) y Orden Juan Ramón Avilés de la Alcaldía de Managua.  Colonia del Periodista No. 97., frente al portón del Parque, Managua, Nicaragua.  Teléfonos: 22703077, 88418126 y 88466187.

Acerca de Pablo Emilio Barreto Pérez

Pablo Emilio Barreto Pérez es: *Orden Independencia Cultural Rubén Darío, *Orden Servidor de la Comunidad e Hijo Dilecto de Managua.
Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.