Carreteras y puentes, carreteras y puentes, carreteras y puentes soñados por más de 100 años

Bluefields, San Carlos, Wawa-Puerto Cabezas, Wiwilí- Rico Coco, Paso de Panaloya, Malpaisillo…

Sueños bicentenarios por carreteras, calles y puentes, hechos realidad

Pablo Emilio Barreto Pérez

Por mi profesión y trabajo cotidiano de periodista, fotógrafo y editor de páginas, fui siempre testigo presencial de sueños (quizás bicentenarios y más) de pobladores humanos de ciudades, pueblos, caminos y montañas, porque ansiaban en silencio y desesperadamente en ocasiones, por tener una carretera nueva, de buena calidad, y puentes para cruzar cauces, zanjones y ríos, sin peligros, con el fin de desplazarse de un sitio geográfico a otros, para sacar la producción agrícola y ganadera, para ir de paseo en familia, para tener conexión vial urbana y rural entre unas y otras poblaciones nicaragüenses.

Sí, sueños de varios millones de pobladores nicaragüenses, porque ansiaban tener carreteras de primera calidad, puentes indispensables, Calles para el Pueblo, caminos en buen estado para sacar la producción agropecuaria del campo a las ciudades, lo cual hoy ha sido posible con el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, encabezado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional y el Comandante Presidente Daniel Ortega Saavedra.

Contaré unos cuantos sueños e historias (son muchos sueños), de las cuales fui testigo e historiador desde 1970, cuando ya formalmente me incorporé a laborar como periodista, reportajista, cronista y fotógrafo en el Diario LA PRENSA, entonces dirigido por el doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal (Héroe Nacional) y después en el Diario BARRICADA al Triunfo de la Revolución Popular Sandinista, desde el 26 de julio de 1979 hasta su cierre en febrero de 1997.

Según estadísticas recientes del Ministerio de Construcción, Transporte e Infraestructura (MTI), en 15 años recién pasados, el gobierno central revolucionario sandinista ha construido cuatro mil 539 kilómetros de carreteras nuevas, de primerísima calidad, de concreto hidráulico la mayoría para una duración de hasta 100 años; y 167 puentes con una extensión de seis mil metros lineales.

Repito: Quizás varios millones de pobladores soñaban, ansiaban, no ocultaban sus sueños de contar con carreteras, por ejemplo, entre Juigalpa-Acoyapa y San Carlos, Río San Juan; hacia Bluefields, Caribe Sur nicaragüense, desde los rumbos de Malacatoya, Granada, y desde el Municipio de Nueva Guinea hasta la Ciudad de Bluefields, distanciados ambos por 72 kilómetros.

Estas carreteras mencionadas hoy son una realidad indiscutible, para hacer realidad sueños quizás bicentenarios.

Antes de continuar, debo explicar algo muy importante. En la década del 80 del siglo 20, el gobierno revolucionario sandinista construyó  (pavimentó y adoquinó) cada año 1971 kilómetros de carreteras y las Juntas de Reconstrucción Municipales construyeron y pavimentaron  miles de calles y avenidas en todas las ciudades cabeceras departamentales de Nicaragua, a pesar de la agresión militar contrarrevolucionaria y el bloqueo económico, comercial, cultural, impuesto por el gobierno imperialista criminal genocida de Estados Unidos. El gobierno revolucionario sandinista también reparó más de 1500 kilómetros de carreteras.

El Frente Sandinista de Liberación Nacional también dejó 260 proyectos de carreteras, puentes y calles ya encaminados, entre otros, precisamente, la construcción de carreteras pavimentadas hacia Bluefields, San Carlos, Río Blanco, Malacatoya, Puerto Cabezas Waspam, Puerto Cabezas hacia las minas Rosita, Siuna y Bonanza; de Nueva Guinea a Bluefields, Juigalpa, Acoyapa y San Carlos; Tuma -Waslala, de Río Blanco a Siuna, de Bilambí a San Pedro del Norte, del Acetuno al Sauce y Dos Montes, en rumbo de Malpaisillo, Jicaral, Santa Rosa del Peñón y San Isidro; de Puerto de Momotombo a la Ciudad de Malpaisillo.

En cambio, con los gobiernos neoliberales vende patrias y traidores, las carreteras casi desaparecen. Ya en 1995 todas estaban destrozadas, incluyendo los tramos cortos, por ejemplo, entre Managua, Masaya y Granada; entre Granada y Nandaime, entre Jinotepe y Rivas, entre Sébaco, Matagalpa y Jinotega; de Managua a La Paz Centro, de León a Chinandega, de Chinandega al Guasaule fronterizo, de Somoto al Espino y Ocotal, de León a Malpaisillo, Sauce y San Isidro, etc.

En la Ciudad de Managua igualmente casi desaparecen las calles y avenidas ya pavimentadas y adoquinadas, dejadas en buen estado por la Junta de Reconstrucción capitalina. Por supuesto, no construyeron calles y avenidas nuevas hacia casi 300 Asentamientos Humanos Espontáneos.

Entre 2009 y el 2022 se han construido carreteras soñadas, repito, de Matagalpa a Waslala, hacia Río Blanco, Mulukukú, entre Jinotega y Estelí, entre Bluefields y las Minas Bonanza, Siuna y Rosita; entre estas Minas y Puerto Cabezas, a sitios insospechados como hacia Kukrajil y el Caribe Sur nicaragüense, la Carretera de Malacatoya a Bluefields, de San Carlos a Bluefields; la Carretera de Puerto Momotombo a Malpaisillo y Villa 15 de Julio, en Chinandega; las carreteras nuevas en el Departamento de Río San Juan, donde destacada el Puente Santa Fé, de 362 metros de longitud y 12 metros de ancho, el más largo de Nicaragua; las carreteras a los dos Wiwilí, ubicados en la orilla del Río Coco, uno de ellos forma parte del Departamento de Nueva Segovia en el lado Norte y el otro en el lado Sur, perteneciente a territorio departamental de Jinotega; de Estelí a San Nicolás, de San José de los Remates (Boaco) hasta la Bocana de Malacatoya (75 kilómetros); del Boquete en el Crucero a la Comunidad de Santa Ana en la Carretera Vieja a León, de la Rotonda de Zona Franca (Carretera Norte) al Cerro Coyotepe, pasando por la Comarca Sabana Grande, etc., y puedo seguir citando ejemplos excepcionales de las inversiones del Estado nicaragüense.

Inversiones estatales disparándose hacia el cielo

Esas inversiones del Estado de Nicaragua, del gobierno central y de las Alcaldías de todo el país, encabezados por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), han ido subiendo cada vez más, como disparándose hacia el cielo, a pesar del intento del golpe de Estado vende patria, traidor, mercenario y al servicio total del gobierno criminal genocida de Estados Unidos, cuyos jefes oligárquicos norteamericanos asimismo nos han lanzado mil “sanciones” y bloqueos, porque el Gobierno de Reconciliación y Unidad defiende sin vacilaciones la Soberanía Nacional, la Dignidad y el Honor de la Nación nicaragüense, tal como lo hicieron Benjamín Zeledón Rodríguez en 1912 y el General Augusto C. Sandino entre 1927 y 1934.

Nicaragua está ya, virtualmente, muy bien comunicada por carreteras de primera calidad, de cemento hidráulico en la mayoría de los casos para durar 100 años, por varios miles de kilómetros de caminos nuevos y macadanizados, con el fin de sacar la producción agrícola y pecuaria del campo a las ciudades, porque ciudadanos de zonas rurales y urbanas necesitan siempre la comida nutritiva producida en el sagrado suelo nicaragüense por campesinos propietarios medianos y pequeños.

Sí, varios miles de kilómetros de carreteras nuevas, decenas de miles de Calles nuevas y reparadas para el Pueblo; obras impresionantes, colosales como los Pasos a Desnivel de la Carretera Sur (Kilómetro Siete Sur) y Piedrecitas y en Rubenia, en el cruce de las Pistas Solidaridad y Sabana Grande, en Managua; el Puente Santa Fé en Río San Juan (totalmente de Soberanía nicaragüense) para unir Nicaragua con Costa Rica; el Puente en el Río Coco para unir a los dos Wiwilí.

El Estado de Nicaragua con su gobierno revolucionario sandinista no ha cesado de invertir en carreteras nuevas y reparadas; Calles para el Pueblo, Hospitales y Centros de Salud nuevos y muy bien equipados con tecnologías de última generación; Unidades Bomberiles en virtualmente todos los 153 municipios, en financiar a decenas de miles de productores agropecuarios y emprendedores urbanos y rurales; construcciones de escuelas nuevas y extensión de la educación primaria, secundaria y universitaria hacia el campo;

Puentes soñados en Panaloya, Río Coco (Wiwilí) y Río Wawa

Mulas pegadas en carreteras destrozadas hacia Bluefields, Minas y Puerto Cabezas, en década del 90

Las carreteras principales de Nicaragua casi desaparecen en la década del 90 del siglo 20 y gran parte de la década del 2000. Al retomar al gobierno el Frente Sandinista de Liberación Nacional, en 2007, el país estaba en banca rota, debido, por supuesto, a la robadera de los recursos financieros del Estado y porque más de 500 empresas estatales fueron eliminadas y privatizadas, incluyendo servicios públicos como Salud, Educación, comercialización de la Energía Eléctrica, las telecomunicaciones, destruyeron el Ferrocarril del Pacífico de Nicaragua y la producción agropecuaria; hubo retroceso en la producción de Energía Eléctrica en el país, y casi venden también el agua potable a gánsteres extranjeros parecidos a los gobernantes neoliberales vende patrias y traidores de aquellos funestos 16 años.

Las carreteras pavimentadas, adoquinadas y macadanizadas fueron abandonadas totalmente, sin mantenimiento, lo cual provocó pegaderos terribles, por ejemplo, entre Bluefields y las Minas Rosita, Siuna y Bonanza; entre Puerto Cabezas y Waspam, para el lado de Río Blanco y Mulukukú. Venir de la Costa Caribe a Managua, o a cualquier otra ciudad o pueblo del lado del Pacífico nicaragüense, era toda una tragedia cotidiana, pues autobuses, camiones, camionetas, jeeps y carretas, quedaban entrampadas en aquellos pegaderos.

Para poder pasar por aquellos pegaderos, eran necesarios tractores y yuntas de bueyes para desentrampar vehículos en aquellas carreteras macadanizadas, usando cables de acero y muchos mecates gruesos.

Precisamente por motivos como éstos, las carreteras mencionadas eran sueños bicentenarios, especialmente para pobladores de la Costa Caribe nicaragüense, para Río San Juan, Paso de Panaloya, en Nueva Segovia para conectar Quilalí y los dos Wiwilí por medio del Puente en el Río Coco, y de ese modo facilitar la circulación de producción de café, granos básicos, hortalizas, madera autorizada, actividades turísticas, paso de un lado a otro de 230 mil pobladores de Jinotega y Nueva Segovia.

Por mi profesión, repito, fui testigo presencial de sueños y dificultades de poblaciones como Malacatoya en el Paso de Panaloya, en el cruce del Río Wawa Boom, en el cruce de los dos Wiwilí por el Río Coco y la Carretera soñada entre Puerto Momotombo, Malpaisillo y Villa 15 de Julio, en Chinandega.

Por ejemplo, en numerosas ocasiones, quizás unas 30 veces, me quedé entrampado en el Paso de Panaloya, donde desde siempre (no tengo la fecha exacta) el cruce de vehículos de carga, pasajeros y particulares, de seres humanos de a pie, se hacía en una llamada Barcaza, la cual funcionaba con motores y cables. Como ya era vieja, con frecuencia los cables se reventaban o los motores se detenían.

Los pobladores de la misma zona del Paso de Panaloya, entonces se aventuraban a cruzar el Río Malacatoya usando mecates, o recurrían a propietarios de caballos, expertos en nado, para cruzar de un lado a otro, con el fin de continuar rumbo a la Ciudad de Granada o al revés.

En mi caso personal, me tocó esperar cuatro, cinco, seis, siete horas, o dos días irritantes completos, para cruzar con mis vehículos personales, primero, un carrito Datsun 100A y mi Jeeps NIVA.

Los pobladores de ambos lados del Río Malacatoya siempre soñaron con tener una carretera y un Puente para cruzar el Paso de Panaloya. El Río Malacatoya se origina en Cerro Alegre, en el lado Noroeste del Departamento de Boaco; aporta caudal acuático a la llamada Presa de las Canoas, por un canal sigue el Malacatoya hacia el Sureste, cruza llanuras hasta juntarse con el Río Tipitapa, cuyo comienzo es un vaciante del Lago Xolotlán en la Bocana de Tipitapa.

Las aguas de los ríos Malacatoya y Tipitapa ayudan a mantener vivo el Humedal de Tisma. El Río Malacatoya desemboca en el lado Noroeste del Lago de Nicaragua, al Norte de la Ciudad de Granada, previo paso de su caudal por el Paso de Panaloya, donde se construyó el Puente de 210 metros de longitud, inaugurado en abril del 2021.

Al construirse este ya famoso Puente del Paso de Panaloya se acaban las dificultades terribles de estar cruzando el Río Malacatoya con barcaza, montados en caballos o con el agua casi al cuello.

Con la construcción de este Puente y de la Carretera se les da cumplimiento al sueño adorado de 2008 mil pobladores de Boaco, Chontales, Municipio de Tipitapa y poblado granadino de Malacatoya, donde al mismo tiempo se inicia la construcción de otra Carretera Nueva hacia la Ciudad de Bluefields, ubicada en el Caribe nicaragüense.

Este Puente del Paso de Panaloya para vehículos, peatones y animales domésticos y silvestres, tiene importancia capital también para grandes productores de arroz, cuyos dueños, precisamente, en varias ocasiones han secado el caudal del Río Malacatoya, porque de él extraen agua con motores y mangueras para regar los plantíos enormes de arroz.

El cruce del Río Wawa era (es todavía) otro drama terrible. Este Wawa es río muy caudaloso. Se origina en el llamado Cerro Bolivia, al Noreste de Mina Bonanza, se explaya por sabanas y pinares entre las Minas y Puerto Cabezas, en el Norte del Caribe nicaragüense.

Wawa recorre 170 kilómetros por un caudal semi arenoso. En su desembocadura en el Mar Caribe forma la conocida laguna costera de Karatá. La cuenca de los ríos Wawa y Kukalaya fue un emporio bananero gringo.

Por mi profesión de periodista me tocó viajar en decenas de ocasiones a Puerto Cabezas y Waspam, o al revés. En el cruce de casi 200 metros de ancho del Río Wawa, uno se encontraba una barcaza movida por motores y cables de acero ya muy viejos. Con frecuencia estaban en mal estado. Camioneros, buseros, viajeros en camionetas, jeeps, motocicletas, incluso carretas haladas por bueyes y seres humanos de a pie, allí se quedaban varados por horas y a veces hasta por un par de días.

Este trabón en viajes  entre las Minas, Puerto Cabezas y Waspam, en la orilla del Río Coco, fue siempre un dolor de cabeza, convertido en un sueño de tener una buena carretera pavimentada y un Puente, el cual ya está siendo construido (julio del 2022) por el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional. Este Puente gigante tendrá 240 metros de longitud.

Y para darle mayor fuerza a este sueño bicentenario, o de 500 años, de los pobladores de las Minas Rosita, Siuna y Bonanza, Puerto Cabezas, Waspam y todas las comunidades de la Región del Caribe Norte nicaragüense, también ya está construida la carretera de 82 kilómetros entre Sahsa y Puerto Cabezas.

“Sólo con el sandinismo no más”, dice en parte una de las canciones del Pedro Pablo “Guadalupano” Martínez Téllez, refiriéndose a que sólo el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) es capaz de interpretar estos sueños populares de seres humanos dedicados al trabajo en el campo y las ciudades, necesitados de tener carreteras de primerísima calidad y puentes por donde cruzar ríos como el Wawa, Coco y Malacatoya, por ejemplo.

A los dos Wiwilí fui por última vez un poco después del Huracán Mitch. Sí, Wiwilí de Nueva Segovia y Wiwilí de Jinotega, separados por el caudal del Río Coco, el cual recorre casi 800 kilómetros desde Comalí y Tapacalí, muy cerca del Espino, en Somoto, hasta su desembocadura en la orilla de la Comarca Gracias a Dios, en el extremo Norte del Caribe nicaragüense.

Por las correntadas extraordinarias provocadas por el Mitch en el Río Coco, se habían profundizado los barrancos de ambos lados y el centro del canal del río, lo cual ocasionó más dificultades para cruzar de un lado a otro. Los pobladores de ambos Wiwilí comercian entre ellos, tienen familias a ambos lados y se conectan por las faenas laborales en el campo y las dos ciudades pequeñas.

Ambos Wiwilí están enfrente uno del otro, separados por el río. Cruzar el Río Coco siempre y en aquellos días posteriores al Mitch, sólo podía hacerse de tres formas: en cayuco, a pie con el agua casi hasta el cuello y montados en caballos, yeguas o mulas.

Estuve cinco días hospedado en Wiwilí de Nueva Segovia. Me cruce de un lado de las tres maneras indicadas. Andaba yo en esa zona geográfica nacional, incluyendo Quilalí, recogiendo información para mi libro Huracán Mitch: explotó el Casitas.

Precisamente, al hablar con dirigentes del FSLN y pobladores urbanos y rurales, pude palpar las ansias, sus sueños acumulados desde siempre por tener buenas carreteras pavimentadas y un Puente para cruzar el Río Coco sin ninguna dificultad.

Esas carreteras y ese Puente, dichosamente, ya fueron construidos, para cumplirles sus sueños centenarios a decenas de miles de pobladores urbanos y rurales de esta Zona Norte. Es un Puente para 100 años, de 313 metros de longitud y 12.90 metros de ancho. Fue construido este Puente en un año y cinco meses, e inaugurado en marzo de este año 2022.

Al hacerse reportajes televisivos durante la inauguración del Puente de Wiwilí, pude ver cómo los rostros de estos pobladores se iluminaban de alegría infinita, porque sus sueños fueron convertidos en realidad por el Gobierno de Reconciliación y Unidad, presidido por el Comandante Daniel Ortega Saavedra y la compañera Rosario Murillo Zambrana.

Mis hermanos menores y yo crecimos entre labores del campo en comarcas periféricas de la Ciudad de León y de los municipios de Telica, Malpaisillo y La Paz Centro. Centenares de campesinos productores de alimentos básicos, entre ellos, mi padre, Octavio Barreto Centeno (ya fallecido en 2006), se quejaban rabiosamente porque, por ejemplo, había pegaderos tremendos entre Puerto Momotombo y Malpaisillo. Se quedaban entrampadas carretas, camionetas y hasta tractores en esta travesía por los tremendos fangales existentes.

“Necesitamos una carretera con urgencia para no seguir teniendo estas dificultares horrorosas”, expresaban pobladores urbanos y rurales de La Paz Centro, Puerto Momotombo y Malpaisillo, hace casi 50 años.

Finalmente, el gobierno revolucionario sandinista convirtió en realidad aquel sueño de estos pobladores de La Paz Centro, Momotombo y Malpaisillo. Se construyó la carretera entre Puerto Momotombo, Malpaisillo y Villa Quince de Julio, en Chinandega, pasando por detrás, en el lado Norte de los volcanes Telica y San Jacinto.

Puedo seguir contando sobre sueños de centenares de miles de pobladores, convertidos en realidades porque el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional está totalmente al servicio de Nicaragua, al servicio de los más pobres, al servicio de productores y de pobladores comerciantes, productores agrícolas y ganaderos; y para el turismo familiar.

Sólo cuento una anécdota relacionada con las carreteras macadanizadas de las Minas Rosita, Siuna y Bonanza. En 1996 fui a hacer un trabajo periodístico precisamente a estas minas. Fui en avión, porque las carreteras estaban destrozadas.

Mi intención era conseguir alquilado un jeeps o una camioneta para hacer mi trabajo. “No se puede. Los pegaderos son cada vez más terribles”, me respondieron. “Entonces, en mulas”, respondí yo.

“Sí, se puede, pero debe llevar machetes, palas y mecates, porque también las mulas quedan entrampadas en esos pegaderos”, me advirtieron. Efectivamente, las mulas se pegaron varias veces en lodazales fangoso, que les llegaban casi al lomo a las bestias de carga. Sí, fue necesario usar palas, machetes y mecates para desentramparlas.

Pablo Emilio Barreto Pérez: Periodista, Cronista de la Capital, investigador histórico, Orden Independencia Cultural Rubén Darío, Hijo Dilecto de Managua, Orden Juan Ramón Avilés de la Alcaldía de Managua, Orden José Benito Escobar Pérez de la Central Sandinista de Trabajadores (CST nacional) y Orden Servidor de la Comunidad del Movimiento Comunal Nicaragüense.

Acerca de Pablo Emilio Barreto Pérez

Pablo Emilio Barreto Pérez es: *Orden Independencia Cultural Rubén Darío, *Orden Servidor de la Comunidad e Hijo Dilecto de Managua.
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