Comités Obreros Revolucionarios, Comités Obreros Revolucionarios, «COR», «COR»: embriones de la Central Sandinista de Trabajadores «CST»

«COR»: EMBRIONES DE LA CST

*Dirigentes de la CGT (I) y de la CTN les tenían pánico.

*Formaron los Comandos Revolucionarios y ejecutaron emboscadas a la guardia genocida en Managua.

*Integrantes de los COR seguían pasos de José Benito Escobar.

*Gabriel Cardenal Caldera y René Cisneros Vanegas eran los instructores de los COR.

*Camilo Chamorro denunciado por un «oreja» llamado «Botitas»

Escrito en 1999.

Pablo Emilio Barreto P.

«!Esos son aventureros! No les hagan caso. No los dejen entrar. No hay condiciones para la lucha armada!», gritaban histéricos algunos dirigentes sindicales de las Centrales CGT (i) y de la CTN, cuando se presentaban los representantes clandestinos de los Comités Obreros Revolucionarios (del FSLN) en los planteles laborales de la Construcción, en Fabritex, en El Porvenir, en ASA, en la SANDAK, en SOVIPE, en AISA, en la Standar Steel, en SOLECTRA, en PROCON, en Plásticos Modernos, en el Hospital del Niño, en Lacayo Fiallos, etc.

¿Aventureros? Sí, eso gritaban aquellos dirigentes «socialistas» y derechistas, en la década de los 70, ante la presencia de los dirigentes revolucionarios sandinistas en planteles laborales, especialmente en el mundo de obreros explotados y humillados de la construcción de casas, edificios, carreteras y calles, relata más de 31 años después Ricardo Robleto Espinoza, uno de los integrantes de aquellos Comités Obreros Revolucionarios (COR).

Según Robleto Espinoza (estudiante universitario en esos días), dirigentes sindicales conocidos como Carlos Salgado (que en paz descanse) y Alejandro Solórzano, se ponían nerviosos cuando los representantes de los COR se presentaban a los planteles, para plantearles a los obreros, técnicos, profesionales y oficinistas acerca de la necesidad de organizarse de forma distinta, con el fin de enfrentar a la tiranía somocista por las vías de movilización de masas y la lucha armada.

Estos plenteamientos provocaban pánico en estos dirigentes obreros oportunistas, pues, según Robleto Espinoza, él personalmente en numerosas ocasiones pudo ver cómo Solórzano sólo llegaba a los planteles a recoger las cotizaciones de los afiliados al SCAAS, pero nunca incitaba a la lucha frontal para derrumbar a la dictadura militar somocista.

Nosotros propugnábamos por una organización sindical revolucionaria, consciente de su papel de clase obrera, dispuesta a luchar, inclusive mediante la lucha armada, por sus reivindicaciones sociales y económicas y, por supuesto, para liquidar la bárbara explotación impuesta por la dictadura del somocismo, sostiene hoy Robleto Espinoza.

Guiados por José Benito Escobar Pérez

En este trabajo de organización sindical, política, ideológica y de inducción hacia la formación de células propagandísticas militares clandestinas, nosotros seguíamos los pasos de José Benito Escobar Pérez, quien era obrero de la construcción y uno de los pioneros en esta lucha sindical. José Benito Escobar era, además, uno de los fundadores del Frente Sandinista y miembros de la Dirección Nacional Histórica del FSLN.

Yo personalmente no recuerdo la fecha, pero no se me olvida que una vez se presentó un grupo de guerrilleros sandinistas, encabezados por Daniel Ortega Saavedra, a una asamblea del SCAAS en la antigua Casa del Obrero (hoy José Benito Escobar), de donde arrancaron un retrato con la imagen rechoncha y repugnante de Anastasio Somoza García, que estaba colgado en una de las paredes del fondo del auditorio.

Aquella acción, por supuesto, provocó temor en la conciencia de los dirigentes de la CGT (I), porque ellos evadían sistemáticamente el enfrentamiento político y militar directo con la tiranía.

Entre los más destacados integrantes de los COR en Managua, antes del Triunfo de la Revolución Sandinista, en 1979, se contaban: René Cisneros (q.e.p.d), Gabriel Cardenal (q.e.p.d), Ricardo Robleto Espinoza, Camilo Chamorro (q.e.p.d), Lucío Jiménez Guzmán, Douglas Duarte (q.e.p.d), Erlo Vanegas, Darmalila Carrasquilla, María Lourdes Casco, Donald Silva, Rolando López, Carlos Carrión Cruz, Francisco «Chico» Meza, Augusto Quintana, Mirna Zeledón, Carlos Borge Galeano, Pedro Rodríguez, Sergio Mendoza, Freddy Jiménez, Dagoberto Mejía, Felipa Mejía, Róger Ramos, Oscar Sandoval, Pedro Delgadillo, Daniel y Eva Téller Paz, Alfonso y Benjamín Cáseres, Marlon Sid, Janina Guerrero Robleto, Edmundo Castellón, Mirna Duarte, Mercedes Vigil, César Mayorga, Aníbal Matamoros, Álvaro Guzmán, José García, Sergio Mendoza (fallecido), Edgard Rivera Laínez, Domingo Martínez (ya fallecido), Ramón Medrano, Marcelo Mayorga, Rosalba Carrasco, Alberto Vásquez, Mario Martínez, Ronaldo Membreño, Denis Meléndez, entre otros, según recuerdos de Robleto, Mercedes Vigil y Janina Guerrero Robleto.

Robo a damnificados

Corrían los años 1975 y 1976, época del «auge económico de la burguesía y oligarquía local», por la reconstrucción de Managua, después del Terremoto del 23 de diciembre de 1972, y especialmente por los robos descomunales del aparato opresor genocida de la dictadura somocista, cuyo jefe principal, Anastasio Somoza Debayle, se robó virtualmente toda la ayuda que vino del exterior para los damnificados, como ocurre hoy con el régimen inmensamente corrompido de Arnoldo Alemán Lacayo, «oreja» de la guardia genocida en León, alumno y heredero del somocismo.

En esos años se construían aceleradamente numerosas colonias y repartos en Managua, como Villa Progreso, Villa San Jacinto, Colonia Primero de Mayo, Villa Libertad, Villa Las Sabanas, Villa Rubén Darío, Villa Cinco de Diciembre, Don Bosco, Colombia, Diez de Junio (entonces llamada Luis Somoza), y se terminaba de construir Bello Horizonte, Rubenia, Altamira, parte de los Robles, el Centro Cívico (Somoza lo quería para un Hotel), etc., etc.

Al mismo tiempo se le hacía campaña mentirosa y manipuladora al Mercado Común Centroamericano, impuesto por Estados Unidos a la dictadura, con el rol de producir unos cuantos azulejos y presunto mejoramiento de las fábricas, con maquinarias ya obsoletas, especialmente en la carretera norte.

Somoza Debayle, la burguesía financiera, constructora, prestamista usurera, comerciantes somocistas inescrupulosos como Enrique “el Tiburón” Pereira, Ricardo Argüello Pravia, los Montealegres, Holman, Chamorros, Teranes, todos, estaban apurados en dar una imagen de preocupados por el progreso de Nicaragua, mientras en realidad se estaban robando lo poco que quedaba de recursos financieros en el país, saqueado desde siempre por el gobierno genocida de Estados Unidos y la dictadura militar somocista.

“COR” asombran a oportunistas

El desempleo masivo era abrumador como hoy con este gobierno de Arnoldo Alemán Lacayo. Había un ejército de desempleados, la represión dictatorial, los asesinatos selectivos, las masacres somocistas menudeaban, las persecusiones a estudiantes, obreros y trabajadores, eran asuntos comunes, de todos los días en el país, especialmente en Managua.

En ese marco histórico de represión bestial aparecen los Comités Obreros Revolucionarios (COR), cuya fecha exacta de fundación no se conoce, pero que causan asombro, desconcierto y pánico entre los dirigentes oportunistas tradicionales, incluyendo aquellos como un tal Roberto González, que jefeaba la Central de trabajadores oficialistas, controlada totalmente por el somocismo.

Desafiando al enorme aparato opresor de la tiranía, estos hombres y mujeres, en esos días todos jóvenes, formaron los Comités Obreros Revolucionarios, Comités de Lucha de los Trabajadores, el Movimiento Sindical Pueblo Trabajador y finalmente los Comando Revolucionarios del Pueblo, señala Robleto Espinoza.

LOS COR fueron, esencialmente, formados por la tendencia «proletaria» del FSLN, jefeada por el Comandante Carlos Núñez Téllez y el Movimiento Sindical Pueblo Trabajador fue responsabilidad de la tendencia GPP («Guerra Popular Prolongada»), conducida por los Comandantes Tomás Borge Martínez, Bayardo Arce Castaño y Henry Ruiz Hernández.

En este caso, la formación del Movimiento Sindical Pueblo Trabajador le tocó a Denis Meléndez, quien posteriormente fue Secretario General de la Centra Sandinista de los Trabajadores, de Managua.

Análisis clandestinos

Los integrantes de los COR se reunían frecuentemente, en forma clandestina, en aulas de la Universidad Nacional de Managua, donde eran conducidos en talleres por René Cisneros Vanegas (obrero), Gabriel Cardenal Caldera (estudiante universitario) y casi al borde de la Insurrección Final por Lucío Jiménez Guzmán, quien era sastre en esos días.

En los talleres estudiaban sobre cómo formar sindicatos, cómo conducirlos, qué temas debían abordar con los sindicalistas y trabajadores, cómo debían ir más allá de los simples reclamos salariales, cómo actuar y qué hacer en esos días de represión descomunal de la dictadura somocista.

Robleto cuenta que durante numerosas visitas a la entonces «Fabritex», Carlos Borge Galeano, actual secretario de Organización de la CST, fue incorporado a los COR.

En una ocasión tuvieron una reunión allí en «Fabritex», denunciada a la Oficina de Seguridad Somocista por un sujeto apodado «Botitas», lo cual provocó que la guardia genocida capturara a Camilo Chamorro, quien fue brutalmente torturado por los genocidas del régimen tiránico somocista.

“COR” en emboscadas a guardia genocida

Ya al borde de la Insurrección Final (junio de 1979), los integrantes de los COR, Comités de Lucha de los Trabajadores y el Movimiento Sindical Pueblo Trabajador, integraban los Comandos Revolucionarios del Pueblo, del FSLN, los cuales efectuaban emboscadas a patrullas de guardias genocidas en Managua.

Una de esas emboscadas fue en la ROCARGO, situada en la entrada del kilómetro ocho norte hacia el Lago de Managua. Allí quedaron dos camionadas de guardias asesinos fundidos a tiros tanto dentro de los camiones y en el suelo fangoso.

Esa emboscada había sido organizada por Gabriel Cardenal Caldera y René Cisneros Vanegas (antes de ser asesinados), con la participación de Douglas Duarte, Francisco «Chico» Meza (fallecido, caído), Camilo Chamorro (fallecido), Sergio Mendoza, Freddy «Pancho Villa» Jiménez, Pedro «El Panadero», un compañero al que apodaban «Cantinflas» y otro llamado «Cristo de Lata».

Todos estos compañeros y compañeras mencionados, con excepción de Gabriel Cardenal Caldera, René Cisneros Vanegas, «Chico» Meza Rojas, Camilo Chamorro (asesinados o caídos en la lucha final contra la tiranía), fundaron la Central Sandinista de Trabajadores (CST), cuyo embrión, a mi juicio, fueron estos organismos sindicales clandestinos del Frente Sandinista en Managua, León, Masaya, Matagalpa, Chinandega, Granada, Rivas, Juigalpa, las minas, los algodonales, los cafetales, cañales, pesca, etc.

Escrito en 1999.

• Pablo E. Barreto Pérez: periodista, editor, investigador histórico, fotógrafo, Cronista de la Capital, Orden Independencia Cultural, Hijo Dilecto de Mangua, Orden Servidor de la Comunidad del Movimiento Comunal Nicaragüense, Orden José Benito Escobar Pérez de la Central Sandinista de Trabajadores (CST nacional) y Orden Juan Ramón Avilés de la Alcaldía de Mangua.
Residente en la Colonia del Periodista No. 97, frente al portón del parque, en Managua. Teléfonos: 88466187, 88418126 y 22703077.

Acerca de Pablo Emilio Barreto Pérez

Pablo Emilio Barreto Pérez es: *Orden Independencia Cultural Rubén Darío, *Orden Servidor de la Comunidad e Hijo Dilecto de Managua.
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2 respuestas a Comités Obreros Revolucionarios, Comités Obreros Revolucionarios, «COR», «COR»: embriones de la Central Sandinista de Trabajadores «CST»

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