César Augusto “Moisés” Silva, Héroe Sandinista y Jefe Guerrillero
Pablo Emilio Barreto Pérez
Una biografía oficial y familiar de César Augusto “Moisés” Silva indica que este Héroe Sandinista y Jefe Guerrillero nació el 18 de febrero de 1947 en Chichihualtepe, comarca o comunidad de El Crucero, el lugar más alto (925 metros de altura) en el Sur del Departamento de Managua.
César Augusto Silva fue uno de los Jefes Guerrilleros más talentosos, valientes y audaces en la contienda militar insurreccional de junio de 1979, en contra de la dictadura somocista genocida, en Managua. Fue un estratega militar revolucionario extraordinario, según la valoración que de él hizo el Comandante Carlos Núñez Téllez, jefe del Frente Interno Insurreccional en Managua, Masaya, Carazo y Granada.
César Augusto Silva fue jefe de columnas guerrilleras desde mucho antes que estallara la Insurrección Sandinista en Managua. Con esa columna de Combatientes Populares, dirigida por él, se mantuvo operando con emboscadas a patrullas BECAT de la Guardia Nacional en sectores populosos como Américas Cuatro (Villa Venezuela), Américas Tres (Villa Revolución), Américas Uno, Colonia Primero de Mayo, Colonia Cinco de Diciembre, Villa Libertad, Villa Fraternidad, Villa Las Sabanas, Reparto Veracruz, Colonia Catorce de Septiembre, Asentamiento La Habana y su propio Barrio Ducualí.
Estos vecindarios los conocía César Augusto Silva como a sus manos, pues en la mayoría de ellos había trabajado como obrero de la construcción, y porque era, inclusive, de los mejores propagandistas revolucionarios y armados del grupo o Tendencia de los Proletarios, que eran jefeados por los Comandantes de la Revolución Carlos Núñez Téllez, Jaime Weelock Román y Luis Carrión Cruz.
Al mismo tiempo estudiaba de noche su último año de bachillerato en 1979. Fue también uno de los jefes del Repliegue Táctico de Managua a Masaya. Ubicado en Masaya, los Estados Mayores del Frente Interno y de Managua, comandados respectivamente por Carlos Núñez Téllez, William Ramírez Solórzano y Joaquín Cuadra Lacayo; y Mónica Baltodano Marcenaros, Osbaldo Lacayo Gabuardi y Raúl Venerio Granera, le confiaron, junto a Marcos Somarriba García, y otros Jefes Guerrilleros, dirigir los combates en contra de la guardia somocista sanguinaria genocida, la cual se había atrincherado en la Fortaleza del Cerro Coyotepe, en la Fábrica de Clavos INCA, en la llamada Hielera y en el Cerro La Barranca, desde donde bombardeaban y ametrallaban toda la Ciudad de Masaya, durante todo el día y toda la noche, lo cual se volvió un infierno para los pobladores de la “Ciudad de las Flores” y para los mismos Jefes Guerrilleros y Combatientes Populares del Frente Sandinista de Liberación Nacional.
En estos quehaceres revolucionarios peligrosos y patrióticos andaba cuando fue alcanzado por una bala de un francotirador del Cerro Coyotepe el cinco de julio de 1979. Según relatos de sus compañeros de combates por la Defensa de Masaya, sin tomar las medidas estrictas de seguridad, César Augusto Silva andaba haciendo una exploración del terreno en el lado Sureste del Cerro Coyotepe, por el lado del camino que conduce al Municipio de Tisma, con el fin de arreciar por allí los ataques militares del FSLN a los guardias genocidas, y sacarlos de las posiciones mencionadas arriba, cuando fue baleado mortalmente, causando una enorme pesadumbre entre los mandos del Frente Interno y del Estado Mayor de Managua, y los Combatientes Populares, especialmente los que formaban las columnas de combates que él jefeaba en Masaya, después de realizado el Repliegue Táctico de Managua a Masaya.
César Augusto “Moisés” Silva era uno de diez hermanos, criados y dirigidos por su madre Josefa Silva Gómez. Sus otros hermanos son: William, Augusto, Miriam, Róger, Sergio, Sara, Luis, Yolanda y Mauricio.
Todos vivían con su madre en una casita humilde del Anexo del Barrio Ducualí, ubicado de la Clínica Don Bosco (Barrio Venezuela, entonces conocido como Santa Bárbara) hacia el Sur, en un callejón estrecho.
Según Sara, una de sus hermanas, César Augusto Silva fue rebelde desde cuando aún era adolescente, pues con frecuencia participaba en protestas estudiantiles y de barrios contra el somocismo sanguinario genocida.
Se conoce y conecta con jefes proletarios en Managua
En el Colegio nocturno se vinculaba con estudiantes y maestros que abiertamente o secretamente participaban en la lucha antisomocista, desde más o menos 1976. En estas luchas se conoció con los Comandantes Carlos Núñez Téllez, Jaime Weelock Román y Luis Carrión Cruz; con Gabriel Cardenal Caldera, con Carlos Carrión Cruz, con René Cisneros Vanegas, Arnoldo Real Espinoza, quienes llegaban a reuniones clandestinas en su casa mencionada, en Ducualí.
También llegaban a reunirse con César Augusto Silva los Comandantes William Ramírez Solórzano y Joaquín Cuadra Lacayo, quienes respectivamente eran jefes de las Tendencia Guerra Popular Prolongada y Tercerista.
Estas reuniones clandestinas las descubrieron dos agentes de la Oficina de Seguridad, llamados Jaime y Francisco Fajardo, quienes lo vigilaban de día y de noche en la calle polvorienta del Anexo al Barrio Ducualí.
La actividad tenebrosa de estos despreciables agentes de la Oficina de Seguridad somocista, llamada OSN, obligó a César Augusto Silva a tomar medidas especiales para que no lo agarraran. Su hermana Sara indica que recurrió al truco de pelonearse sombreros de alas anchas, colocarse pelucas, o vestirse de forma diferente, para que los agentes despreciables de la Oficina se Seguridad no lo reconocieran al entrar y salir de su casa y de la calle estrecha en que vivían él y su familia.
Su madre Josefa era su correo. Aprende oficio de carpintero
Sara añade que cuando se aproximaba la Insurrección de Septiembre de 1978, César Augusto Silva extremó sus precauciones y entonces convirtió en su correo a su madre Josefa Silva Gómez. Doña Josefa se encargaba entonces de irle a dejar y traerle mensajes del FSLN para continuar la lucha callejera en contra de la dictadura somocista genocida. Su madre, sus hermanas y hermanos y algunos vecinos se encargaban de encubrirlo para que no fuese detectado por los “orejas” asesinos de la Oficina de Seguridad, o policía política somocista genocida.
Volviendo a sus antecedentes históricos, una biografía suya, muy breve, que Sara conserva con especial cariño, se indica que “Moisés” Silva por necesidad de sostener económicamente a su familia (su madre y sus hermanos) se trasladó de Chichihualtepe al casco urbano de Managua, para aprender el oficio de carpintero.
“Moisés” Silva aprendió rápido este oficio y también se convirtió en albañil. En Managua aprendió numerosos oficios útiles para ganarse la vida, recuerda Sara Mayorga Silva, una de sus nueve hermanos. Se afilia, como obrero activo y luchador social y político en la Central General de Trabajadores I (CGT(i) (independientes), donde participa en las luchas de esta Central Sindical en contra de los empresarios privados mafiosos y en contra del gobierno somocista genocida.
Se enrola en el Partido Socialista y en la CGT(I)
En busca de una organización política superior, para profundizar la lucha revolucionaria antidictatorial, con el fin de enriquecer su teoría y práctica revolucionaria, “Moisés” Silva se enrola en el Partido Socialista Nicaragüense en 1970, donde se conoce con Álvaro Montoya Lara, Federico López Argüello, Álvaro Ramírez González, Nathan Sevilla Gómez, Guillermo Baltodano Serrano, Rolando Alvarado, el doctor Medina, Francisco “Chico Garand” Guzmán Fonseca, Amada Pineda, etc., muchos de los cuales habían viajado a la Unión Soviética para capacitarse en lucha armada guerrillera y elaboración de explosivos.
“Moisés” Silva milita en el Partido Socialista Nicaragüense en los momentos en que hay una prolongada y acalorada discusión política sobre si se debe o no enrolarse en la lucha armada para derrocar a la dictadura somocista genocida.
Quienes abogaban por la lucha armada eran pocos, entre otros: Álvaro Montoya Lara, Álvaro Ramírez González, Federico López Argüello y Amada Pineda, por ejemplo, quienes optan por salirse del Partido Socialista y darle su respaldo total al FSLN para continuar la lucha armada guerrillera.
En medio de estas discusiones, “Moisés” Silva al mismo tiempo se vincula con el grupo numeroso de sandinista de la Tendencia Proletaria del FSLN, jefeada entre otros por: Carlos Núñez Téllez, Jaime Weelock Román, Luis Carrión Cruz, Carlos Carrión Cruz, Gabriel Cardenal Caldera, René Cisneros Vanegas, César Largaespada Palavicini, Sergio “Marcio 13” Gómez Vargas, Marcos Somarriba García, Humberto del Palacio González, Ricardo Robleto Espinoza, Lucío Jiménez Guzmán, Darmalila Carrasquilla y Arnoldo Real Espinoza.
“Moisés” Silva entonces se vincula con centenares de estudiantes universitarios y de secundaria, obreros de la construcción y de fábricas de la Carretera Norte, con Cristianos Revolucionarios, más algunos Jefes Guerrilleros, y de ese modo se integra en las estructuras clandestinas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
En 1978, por orientaciones de la Jefatura Suprema de la Tendencia Proletaria efectúa un operativo militar contra SIMITEL, un organismo de comunicaciones de la dictadura somocista genocida, que era jefeado directamente por Anastasio Somoza Debayle.
Ejecuta asalto bancario o recuperación económica
En diciembre de 1978, siguiendo orientaciones del Estado Mayor de la Tendencia Proletaria en Managua, jefea una escuadra que asalta en plena calle una furgoneta del Banco de América, operativo militar revolucionario de “recuperación económica” que deja como saldo positivo un millón de córdobas para el FSLN clandestino, cuyas estructuras usan este dinero para comprar armas y municiones destinadas a la Insurrección Final de junio de 1979.
Se convierte en Miliciano y Jefe Guerrillero
Sus jefes inmediatos en el FSLN clandestino le orientan a convertirse en miliciano en las Américas Tres, hoy Villa Revolución, aún antes de la Insurrección de septiembre de 1978. Estructura una escuadra de Combatientes Populares, de la cual es nombrado Jefe por el Estado Mayor de la Tendencia Proletaria en Managua.
Con esta escuadra de Combatientes Populares ejecuta emboscadas y hostigamientos a los guardias somocistas genocidas que andan en patrullas BECATS y en Secciones de Policía como la del Reparto Schick Gutiérrez, ubicada entonces del Tanque Rojo dos cuadras al Oeste, en la orilla del cauce, dentro de un colegio de primaria y secundaria.
Con esta escuadra, nombrada “Jorge Navarro”, opera en vecindarios como Américas Cuatro, Américas Tres, Américas Uno, Colonia Cinco de Diciembre, Reparto Jardines de Veracruz, Colonias Catorce de Septiembre y Nicarao, Asentamiento La Fuente (hoy Ariel Darce) y Reparto Schick Gutiérrez, donde se coordinaba con René Polanco Chamagua y Juan Carlos “Marcial” Soza Aragón.
En esos días ya tensos militarmente hablando, organiza un Hospital Clandestino en Américas Cuatro (hoy Villa Venezuela), con el fin de atender a los Combatientes Populares y pobladores que fuesen heridos en combates contra los guardias somocistas genocidas.
En abril de 1979, su escuadra original ya está convertida en columna guerrillera clandestina “Jorge Navarro”, debido a que cada vez se integran más Combatientes Populares, que él mismo entrena en el manejo de armas y en tácticas militares guerrilleras.
Ataca Sección de Policía GN y resulta herido grave
Precisamente en este de abril de 1979, organiza y desarrolla un operativo militar de ataque a la Sección de Policía de la Guardia Nacional en el Reparto Schick Gutiérrez. El ataque sorpresivo es exitoso, y le causan ocho bajas (heridos) a la Sección de Policía GN. “Moisés” Silva resulta herido en un pulmón en este combate y es rescatado por sus compañeros y compañeras de la unidad o Columna de Combate Guerrillero.
Al momento en que era rescatado, le ordena a los miembros de la Columna Jorge Navarro que también rescaten su arma guerrillera, porque la Orden del Estado Mayor del Frente Interno era que no se debían perder armas, y que al revés, era indispensable arrebatarle armas de guerra al enemigo somocista sanguinario genocida.
“Moisés” Silva es llevado por sus compañeros al Hospital Clandestino que él mismo había organizado clandestinamente en Américas Cuatro (Villa Venezuela). Médicos amigos lo curan en ese Hospital Clandestino.
Levanta barricadas en Américas Uno, y se toma numerosos barrios orientales
Se recupera de las heridas. Cuando es cuatro de mayo de 1979, su Columna Jorge Navarro levanta barricadas en la entrada principal de Américas Uno, donde es hoy una gasolinera.
El nueve de junio de 1979, día en que formalmente estalla la Insurrección Sandinista en Managua, César Augusto “Moisés” Silva ya tiene instrucciones precisas de los Estados Mayores del Frente Interno y de Managua de desarrollar la toma de vecindarios de la Zona Oriental capitalina, y su ámbito de operaciones militares se amplía hasta Villa Libertad, Colonia Primero de Mayo y la Colina 110, donde su Columna Jorge Navarro traba combates en contra de patrullas BECATS y contingentes (en camiones con ametralladoras y fusiles) en las calles de estos vecindarios de la Zona Oriental de Managua.
Estratega militar nato. Resistencia contra unos 500 guardias genocidas
Era un estratega militar nato. “Moisés” Silva daba el mejor ejemplo a los miembros de su Columna Jorge Navarro, pues siempre estaba adelante, en la primera línea de fuego, dirigiendo combates o emboscadas contra los guardias somocistas genocidas y los “orejas” de la Oficina de Seguridad (OSN).
Además tenía la cualidad de estudiar las tareas militares que iban a desarrollar en los vecindarios mencionados arriba, y en conjunto con su Columna Jorge Navarro elaboraban la planificación de las acciones militares, y a cada uno, hombres y mujeres, les asignaba una tarea militar.
Estas cualidades las pude apreciar el 13 de junio de 1979 cuando la Guardia Nacional somocista genocida lanzó una ofensiva militar enorme por el lado de Sabana Grande, por donde entró con diez camiones repletos de soldados y oficiales, tal vez unos 500 efectivos. En esos camiones iban emplazadas, en trípodes, ametralladoras calibre 50 y 30.
Los guardias portaban dos fusiles cada uno: uno en uso y el otro cruzado por la espalda o en el pecho, y una enorme cantidad de municiones, en el momento en que se oían trasmisiones radiales de la Guardia Nacional, mediante las cuales Nicolás Valle Salinas, coronel y jefe de la llamada “Central de Policía”, repetía una y otra vez: “Tenemos armas y municiones para combatir 100 años, sin queremos”.
Ese contingente de soldados GN somocistas iban encabezados por dos tanquetas y un tanque Sherman. Con esas ametralladoras y tanquetas cometieron la Masacre de la Colina 110. En estos momentos durísimos las columnas guerrilleras jefeadas por César Augusto “Moisés” Silva, Ramón “Nacho” Cabrales Aráuz, Humberto “Cucharita” del Palacio González y José Ángel Benavidez, no tenían más de 20 Combatientes Populares cada una.
Sin embargo, con agilidad e inteligencia increíbles, más coordinación concertada, le hicieron frente al avance mortal del contingente de guardias asesinos, hasta detenerlos “en seco” en el lado Este de las Colonias Catorce de Septiembre y Nicarao.
Precisamente allí estaba César Augusto “Moisés” Silva con su Columna Jorge Navarro haciéndoles imposibles los movimientos militares a los guardias, los cuales tuvieron que “reconcentrarse” en determinado lugar cuando cayó la noche, porque le temían, le tenían terror a las Columnas jefeadas por “Moisés” Silva, Ramón Cabrales Aráuz, José Ángel Benavidez, quien cae al siguiente día, 14 de junio de 1979, combatiendo a este mismo contingente de asesinos en el lado Norte de la Colonia Catorce de Septiembre.
Comandante Núñez Téllez lo elogia en “Un Pueblo en Armas”
El Comandante Carlos Núñez Téllez en su libro “Un Pueblo en Armas” (este libro es un informe sobre la Insurrección Sandinista en Managua, Repliegue Táctico a Masaya, Defensa de Masaya, y liberación de todos los llamados Pueblos Blancos, Diriamba, Jinotepe y Granada), valora a “Moisés” Silva como uno de los mejores jefes militares, como uno de los más audaces, inteligentes y siempre despierto para ir a organizar una emboscada, trabar un combate con contingentes de guardias asesinos y hacer trabajos de inteligencia militar en el terreno insurreccional capitalino.
Estas valoraciones del Comandante Núñez Téllez fueron todavía más elogiosas cuando en plena Insurrección, el 15 de junio, “Moisés” Silva y su Columna de Combatientes, después de una labor de inteligencia militar, le montan una emboscada a un contingente de guardias que iban en dos camiones en medio de la Colonia Nicarao.
Mediante bombazos de contacto, fusilería y una ametralladora, logran destruir los camiones, perecen más de diez guardias y el resto huyen despavoridos. La emboscada dejó como logro militar una enorme cantidad de municiones y varios fusiles automáticos, lo que fue elogiado por el Comandante Carlos Núñez Téllez, porque esas balas eran necesarias para los fusiles libertarios.
Fue uno de los jefes militares en el Repliegue Táctico a Masaya
Cuando se produce el Repliegue Táctico a Masaya, el 27 de junio de 1979, en la noche; “Moisés” Silva es uno de los Jefes Guerrilleros que iban como jefes en las tres grandes Columnas en que fue organizado el Repliegue (en que íbamos casi siete mil managuas) por los Estados Mayores del Frente Interno y de Managua.
Cuando los Combatientes Populares y Jefes Guerrilleros llegan a Masaya, César Augusto Silva es uno de los jefes militares designado por el Estado Mayor del Frente Interno para defender la Ciudad de Masaya, que está siendo atacada todo el día y toda la noche, desde el Cerro Coyotepe, la Fábrica de Clavos INCA, Hielera y Cerro La Barranca, donde los guardias estaban atrincherados después de ser derrotados por el FSLN guerrilleros en todos sus 16 cuarteles y en las calles de Masaya, conocida también como “Ciudad de las Flores”.
Con esta tarea militar, comandando seis unidades de combate, “Moisés” Silva se desempaña como siempre de forma eficiciente, audaz, valiente, inteligente, estratégico, haciéndoles la situación militar imposible a los guardias somocistas genocida, jefeados por el coronel Meneses Cantarero, quienes tenían que retroceder con frecuencia ante las acometidas de los Jefes Guerrilleros y Combatientes Popular guiados por César Augusto Silva.
Cae combatiendo heroicamente el cuatro de julio, en Masaya
Llegó el cinco de julio de 1979. Buscando cómo desalojar a las tropas somocistas genocidas de los sitios mencionados y especialmente quitarles las rutas de movilización que tenían por el “camino de los cocos” hacia el Municipio de y hacia el lado de Tipitapa, “Moisés” Silva se desplaza con una escuadra de apenas diez Combatientes Populares por ese rumbo, y repentinamente se topan con un contingente de unos 60 guardias superarmados y se traba un combate balístico feroz, mientras “Moisés” como siempre está en la primera línea de fuego.
Supuestamente, en este combate, “Moisés” Silva y su escuadra no toman las precauciones correspondientes, y un francotirador GN genocida ubicado en el Cerro Coyotepe, lo balea mortalmente y muere gritando ¡¡Patria Libre o Morir, Patria o Muerte, Venceremos!! Otros compañeros resultan heridos, y a pesar de ello, logran sacar su cuerpo del escenario combativo. Lo sepultan en los alrededores.
El 24 de julio de 1979, después del Triunfo Revolucionario, que “Moisés” Silva no pudo ver ni disfrutar, sus hermanos, su madre Josefa Silva Gómez, y autoridades revolucionarias de Masaya y Managua, exhuman su cadáver y lo sepultan frente a la entrada principal del Cementerio Oriental de Managua, donde siempre hay flores y una bandera rojinegra pintada en su tumba.