Iglesia Católica perversa y mortal, Iglesia Católica perversa y mortal, según registros históricos

En Internet, concretamente en Wikipedia y otras páginas web, he encontrado numerosos escritos históricos, registros históricos en libros, ensayos, artículos y crónicas sobre la perversidad mortal de la Iglesia Católica a lo largo de su fatídica historia en contra de millares o millones de seres humanos que han sido perseguidos, torturados, encarcelados y asesinados en el pasado lejano y reciente, con el fin de someterlos a sangre y muerte a los dogmas y doctrinas oscurantistas a lo largo de dos mil años, para lo cual contaron con el apoyo directo de emperadores romanos, colonizadores europeos crueles y genocidas, y actualmente apoyados por el capitalismo-imperialismo, cuyas oligarquías siguen usando malvadamente esta religión católica para manipulación, sometimiento, ignorancia y terror tanto a lo desconocido como a lo conocido y que interesa al terrorismo estatal imperialista.

Estoy revisando otros escritos, especialmente relacionados con la «santa inquisición» mortal, mediante la cual fueron asesinados miles o millones de seres humanos en Europa, América, África, Asia y Oceanía por parte de los explotadores, primeros agrupados en el esclavismo, después en el feudalismo y ahora, actualmente, en el capitalismo-imperialismo terrorista.

Esos escritos los voy a ir colocando tras este mismo trabajo, con la finalidad de que seres humanos estudiemos la Historia de la Iglesia Católica, de pasado muy malvado, y de paso ilustrarnos para que no nos sigan engañando, porque mucho curas, no todos por supuesto, son maestros en fabricar mentiras y en manipulación en favor, precisamente, de los explotadores.

A continuación dos de esos escritos:

Iglesia Católica perversa y mortal, según registros históricos

En el 325, en el Concilio de Nicea, Constantino “el grande”, emperador romano, crea el Cristianismo.

En el 327, Constantino conocido como el “apóstol 13” y emperador de Roma, ordena a Jerónimo traducir la versión Vulgata en Latin, cambiando los  nombres propios hebreos y adulterando las escrituras (Biblia).

En el 431, se inventa el culto a la Virgen.

En el 594, se inventa el Purgatorio.

En el 610, se inventa el título del Papa.

En el 788, se impone adoraciones a las deidades paganas.

En el 995, se cambió el significado de kadosh (apartado) por santo.

En el 1079, se impone el celibato de los sacerdotes>>palabra totalmente católica.

En el 1090, se impone el Rosario.

En el 1184, se perpetra la Inquisición.

En el 1190, se venden las indulgencias.

En el 1215, se le impone la confesión a los sacerdotes.

En el 1216, se inventó del Papa Inocenzo lll, el cuento del terror del pan (un dios de la mitología griega), que se convierte en carne humana.

En el 1311, se impone el batesimo.

En el 1439, se dogmatiza el inexistente Purgatorio.

En el 1854, se inventa la “Inmaculada Concepción”.

En el 1870, se impone lo absurdo de un “Papa infalible”, en él se inventa el concepto de Contratación

Hay más de 2500 cosas inventadas por esta religión para esclavizar al ser humano con el Cristianismo.

 Iglesia Católica y su Inquisición mortal a través de los siglos

Torturas eran aplicadas para obtener una confesión, o para lograr informaciones comprometedoras en favor de los explotadores (esclavistas, feudalistas y actualmente capitalistas imperialistas).

ABC

TORTURAS

Las torturas más sanguinarias y crueles de la Inquisición

Desde la «doncella de hierro» (en la que se introducía al preso en un sarcófago con pinchos), hasta el potro. La infame imaginación de los inquisidores no tenía fin

Manuel P. Villatoro

Manuel P. Villatoro

Actualizado:03/06/2020 15:37h

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Al día de hoy se cuentan por decenas los personajes destacados de la Historia que fueron perseguidos (como el primero) y ajusticiados (como la segunda) por la Santa Inquisición, una institución creada en el siglo XIII, cuya lucha contra los herejes se extendió durante más de seis siglos por países como Francia, Italia, España o Portugal.

Ideada para combatir a todo aquel que se alejase de la fe que por entonces se proclamaba como oficial (además de aquellos que cometían algunos actos considerados como amorales), esta institución vivió su esplendor y su mayor barbarie durante la Edad Media. Sin embargo, por lo que es recordada en la actualidad no es solo por la cantidad de cadáveres que dejó a sus espaldas en Europa, sino por el uso de multitud de instrumentos de tortura capaces de arrancar una confesión a homosexuales, presuntas brujas o blasfemos.

Entre los mismos destacaban algunos tan crueles como el potro (ideado para estirar los miembros de la víctima) o el castigo del agua (el cual creaba una severa sensación de ahogamiento en el reo). Todos ellos, al menos en España, dejaron de usarse el 4 de diciembre de 1808, día en que Napoleón Bonaparte abolió la Inquisición.

Para hallar el origen de esta institución es necesario fijar nuestros ojos en la Francia del siglo XII, una época la Edad Media en la que el cristianismo ya había logrado alzarse como la primera y principal religión del Sacro Imperio Romano. Fue en ese momento cuando nacieron multitud de grupos que aunque enarbolaban la bandera de esta creencia, entendían que no había que honrar a Dios como afirmaba la Iglesia oficial. Entre ellos destacaban los valdenses y los cátaros, quienes se atrevían además a criticar a los líderes espirituales del momento por vivir de una forma demasiado ostentosa.

Aquello no gustó demasiado al Papa Lucio III quien -tras reunirse en concilio con otros tantos líderes religiosos- cargó de bruces contra ellos mediante una normativa divulgada en 1184. «El papa promulgó la célebre Ad abolendam “contra los cátaros, los patarinos, […] los josefinos, los arnaldistas y todos los que se dan a la predicación libre y creen y enseñan contrariamente a la Iglesia Católica sobre la Eucaristía, el Bautismo, la Remisión de los Pecados y el Matrimonio”», explica el doctor en Historia José Sánchez Herrero en su obra “Los orígenes de la Inquisición medieval».

Todos aquellos grupos fueron declarados herejes. «La herejía, en sentido formal, consiste en la negación consciente y voluntaria, por parte de un bautizado, de verdades de fe de la iglesia», explica el teólogo Otto Karrer (S.XIX). Aquella constitución puso los cimientos de la futura Inquisición, pues establecía que las autoridades eclesiásticas tenían la potestad de perseguir a los enemigos de la Iglesia y devolverles al camino correcto.

«Todo arzobispo u obispos debía inspeccionar detenidamente […] una o dos veces al año, las parroquias sospechosas, y lograr que los habitantes señalasen, bajo juramento, a los heréticos. Éstos eran invitados a purgarse de la sospecha de herejía por medio de un juramento, y mostrarse en adelante buenos católicos. Los condes, barones, rectores, consejos de las ciudades y otros lugares debían prestar juramento de ayudar a la Iglesia en esta obra de represión, bajo la pena de perder sus cargos; de ser excomulgados y de ver lanzado al entredicho sobre sus tierras», explica el autor. Además, en el texto se establecía que eran delegados apostólicos y estaban protegidos directamente por la Santa Sede a la hora de llevar a cabo este trabajo.

En las décadas posteriores este sistema no fue seguido de forma específica ni continua. Hubo que esperar hasta el año 1229 para que mediante una ordenanza real se estableciera que las autoridades civiles y eclesiásticas tenían la obligación de recuperar aquellas tareas y buscar y castigar a los herejes.

No obstante, apenas dos años después el Papa Gregorio IX dictaminó mediante la normativa «Excommunicamus» que la Iglesia sería la única con este poder, además de determinar -por primera vez- el procedimiento concreto que se aplicaría contra los infieles y las penas por las que pasarían si eran encontrados culpables. «Al mismo tiempo el Senador de Roma, Annibaldo, publicó un estatuto contra los heréticos, donde empleó por primera vez la palabra «inquisitor» con su significación técnica de inquisidor y no en el sentido general de investigador», añade el experto.

Acababa de nacer la Inquisición, y lo hacía teniendo la potestad de arrebatar sus bienes a aquellos que fueran considerados herejes e, incluso, desterrar a sus familiares. No obstante, esta fue la «Inquisición pontificia», la más aciaga durante la Edad Media y diferente a la española, nacida en el siglo XV de la mano de los Reyes Católicos.

Con todo, parece que a los inquisidores no les resultaba nada sencillo encontrar a los herejes (pues éstos tenían la curiosa manía de negar su condición si eso hacía que no les cayese encima todo el peso de la “justicia”). Por ello, en 1252 el Papa Inocencio IV permitió oficialmente el uso de la tortura para lograr que aquellos «desviados de la religión oficial» cantasen su confesión (y lo que se terciase) a sus sacerdotes.

Aquella cruel norma fue proclamada mediante la siguiente bula: «El oficial o párroco debe obtener de todos los herejes que capture una confesión mediante la tortura sin dañar su cuerpo o causar peligro de muerte, pues son ladrones y asesinos de almas y apóstatas de los sacramentos de Dios y de la fe. Deben confesar sus errores y acusar a otros herejes, así como a sus cómplices, encubridores, correligionarios y defensores».

Para entonces ya no solo se consideraban herejes las órdenes religiosas que se desviaban de la Iglesia oficial, sino también los judíos, los apóstatas, los excomulgados, los falsos apóstoles, las brujas, los blasfemos, y otros tantos.

Lo que se buscaba mediante la tortura era que haciendo uso de este dolor, toda esta inmensa lista de herejes admitiesen aquello por lo que eran acusados y pudiesen ser castigados por ello. Con este objetivo se idearon todo tipo de instrumentos a lo largo de los seis siglos que estuvo vigente en diferentes países la Inquisición.

En el caso de que resistiesen el proceso sin confesar, se suponía que los acusados debían ser liberados. «Cuando se administraba la tortura y no se obtenía confesión, la conclusión lógica, si es que la tortura probaba algo, era que el acusado era inocente. Según la frase legal, había purgado la prueba y merecía la absolución», determina Primitivo Martínez Fernández en «La Inquisición, el lado oscuro de la Iglesia (Católica)». Sin embargo, en la mayoría de los casos los reos acababan diciendo cualquier cosa a cambio de que parase aquel horror.

Las torturas más crueles de la Inquisición (desde su creación hasta su abolición en España)

1-El potro

Tristemente, «el potro» fue una de las máquinas de tortura más conocidas de la Edad Media. Su sencillez, su facilidad de construcción y, finalmente, su efectividad a la hora de lograr que el reo confesase (o dijese al pie de la letra lo que los inquisidores querían escuchar) hizo que fuera una de las máquinas más famosas durante aquella época. Y no solo en el ámbito religioso. «Se llamaba así al caballete o potro triangular sobre el que se ponía a los acusados que no querían confesar. El potro era empleado también por la justicia ordinaria en la aplicación del tormento», explica la escritora del S.XIX Irene de Suberwick en su obra «Misterios de la Inquisición y otras sociedades secretas de España».

Su funcionamiento era simple, pero eficaz. Para causar el mayor dolor posible al preso, se le ubicaba sobre una mesa que contaba con cuatro cuerdas. Cada una de ellas, para atar sus brazos y piernas. «Las cuerdas de las muñecas estaban fijas a la mesa y las de las piernas se iban enrollando a una rueda giratoria. Cada desplazamiento de la rueda suponía una extensión de los mismos», destaca Primitivo Martínez Fernández en «La Inquisición, el lado oscuro de la Iglesia».

El dolor que producía en los huesos era sumamente insufrible y, si las vueltas a aquella maléfica rueda eran demasiadas, podía provocar el desmembramiento de las extremidades.

Usualmente, este tormento solía tener dos partes. La primera duraba varias vueltas y buscaba amedrentar al preso. Posteriormente, se paraba la máquina y se instaba a la víctima a «hablar». Si no aceptaba, se continuaba hasta que lo hiciese. Con todo, algunos autores son partidarios de que había un nivel más de interrogatorio. Este duraba presuntamente varios días y, tras él, el reo solía fallecer.

Fuera como fuese, la víctima podía ser cruelmente estirada hasta 30 centímetros. A su vez, destaca que si no obtenían la confesión deseada, también podían recurrir a aplicar otros castigos al sujeto allí tumbado mientras el potro surtía su efecto (por ejemplo, quemar sus costados con fuego -siempre considerado purificador).

Además del posible desmembramiento, el dolor que causaba esta máquina era increíble. «El torturador le daba vueltas al timón […] hasta que los huesos de la víctima eran dislocados con un ruido fuerte, causado por los cartílagos, ligamentos y huesos que se rompían. Si el torturador seguía girando el timón, las piernas y los brazos eran eventualmente arrancados del cuerpo», señala Luis Muñoz en su obra « Origen, Historia Criminal y Juicio de la Iglesia Católica». Tal y como se puede observar en las crónicas de la época, tras unas «vueltas» en este invento era casi imposible mantenerse en pie. Lo mismo pasaba con la capacidad de caminar. De hecho, era sumamente difícil dar siquiera dos pasos.

2-El aplasta pulgares

El aplasta pulgares era un instrumento metálico en el que se introducían los dedos de las manos y los pies. A continuación, mediante un tornillo se le daban varias vueltas hasta que los apéndices acaban totalmente destrozados. Tenía un origen veneciano y la mayoría de los textos lo definen como un utensilio sencillo, pero sumamente doloroso.

3-El tormento del agua

El conocido como tormento del agua era uno de los más imaginativos. Su utilidad era tal que, en la actualidad, algunas agencias de inteligencia lo siguen utilizando. Contaba con varias versiones, pero la más básica consistía en tumbar a la víctima sobre una mesa, atarle las manos y los pies, taparle las fosas nasales (en la mayoría de los casos) y, finalmente, introducirle una pieza de metal en la boca para evitar que la cerrase bruscamente. A continuación, y tal y como señala Muñoz en su obra, se le metían «ocho cuartos de líquido» por el gaznate. La sensación de ahogamiento era insoportable y, en muchas ocasiones, hacía que la víctima se quedase inconsciente. «La muerte usualmente ocurría por distensión o ruptura del estómago», comenta el autor español.

Con el paso de los años, esta tortura se fue perfeccionando hasta el punto de lograr una sensación totalmente horrible en la víctima. Esta se lograba, principalmente, introduciendo un trapo de lino hasta su garganta y echando agua a través de él. «El agua se filtraba gota a gota a través del húmedo lienzo, y a medida que se introducía en la garganta y en las fosas nasales, la víctima, cuya respiración era a cada instante más difícil, hacía esfuerzos por tragar aquella agua y aspirar un poco de aire.

Más a cada uno de sus esfuerzos que imprimían a su cuerpo, una convulsión dolorosa [aparecía]», explican Feréal y otros autores en «Misterios de la Inquisición de España». El sufrimiento se medía acorde al número de jarros del líquido elemento que se introducían entre pecho y espalda de la víctima.

Uno de las muertes más crueles por este método se sucedió a finales del siglo XVI, como bien señala Muñoz: «Uno de los muchos casos registrados por la Inquisición en 1598 estuvo relacionado a un hombre que fue acusado de ser un hombre lobo y poseído por un demonio. El verdugo vació un volumen de agua tan grande en la garganta de la víctima, que su barriga se expandió y se puso dura poco antes de que muriera». El último tipo de «tormento del agua» consistía en hacer lo mismo, pero en una escalera sobre la que se ponía al preso boca abajo.

“Ahogamiento simulado” de la CIA en imitación a “Santa Inquisición”

En pleno 2015, la CIA sigue utilizando una tortura similar a esta, aunque es llamada  “ahogamiento simulado» y se lleva a cabo tumbando al preso en una mesa, vendándole los ojos (tras sujetarle manos y pies) y, finalmente, arrojándole agua al interior de la boca y la nariz. Aunque parezca un acto inocente es sumamente cruel, pues -al no ver nada- el cerebro sufre una sensación de ahogamiento y claustrofobia similar a la que se produciría bajo el líquido elemento. El organismo suele responder con convulsiones y temblores.

Según el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, se usó contra los presos de Guantánamo durante años. Además, es una técnica de interrogatorio que las fuerzas especiales norteamericanas deben aprender a eludir antes de ser enviadas a territorio enemigo.

Pera vaginal, oral o anal

Como su propio nombre indica, este instrumento de tortura tenía forma de pera (estrecho en una punta y ancho en la otra) y se introducía en la boca, la vagina o el ano de la víctima. La oral se aplicaba a «predicadores heréticos y reos de tendencias antiortodoxas»; la vaginal a las mujeres culpables de «relaciones con Satanás o con uno de sus familiares» y la anal a los «homosexuales pasivos». Una vez en el interior, comenzaba el suplicio, pues se abría mediante un tornillo generando un dolor inmenso en el preso.

«La pera era forzada dentro de la vagina, ano o boca. Una vez dentro de la cavidad, era entonces expandida al máximo girando un tornillo. La cavidad en cuestión resultaba irremediablemente mutilada, casi siempre ocasionando la muerte», determina el divulgador histórico Martín Careaga en su obra «La santa Inquisición». Además del dolor que causaba cuando se abría, en sus paredes exteriores contaba con unas púas que desgarraban el interior de la boca, la vagina o el ano del afectado provocando severas hemorragias.

Garrucha

Esta tortura era conocida en la vieja Europa como «estrapada», aunque en España fue importada como «la garrucha». Su funcionamiento, al igual que el del potro, era bastante sencillo y no requería de un gran equipamiento técnico, pero no por ello era menos dolorosa. La tortura consistía, simple y llanamente, en atar las manos del preso por detrás de su espalda. A continuación, se alzaba a la víctima varios metros del suelo (tirando de sus muñecas) mediante un sistema de poleas. Una vez en alto, llegaba el castigo. «Finalmente, se le dejaba caer. La longitud de la cuerda estaba medida para que no se golpeara con el suelo, pero la sacudida le dejaba descoyuntado», añade Martínez Fernández en su obra. El descenso hacía que todo el peso del cuerpo de la víctima se sustentase en los brazos, algo sumamente doloroso.

En palabras de este autor, esta tortura fue utilizada en primer término en Italia, donde era llamada «strapatto» e igual que el potro, contaba con varias partes. En la primera, se suspendía a la víctima unos seis pies (unos 2 metros) sobre el suelo y se la dejaba caer desde allí. Este procedimiento, según Muñoz, provocaba desgarramientos en el húmero y dislocaba la clavícula. Después de esta «primera toma de contacto» con «la garrucha», se preguntaba al prisionero si quería confesar sus pecados a la Santa Inquisición. Si así lo hacía, el tormento se daba por finalizada. En caso contrario volvía a empezar, aunque de una forma un poco más dolorosa.

«En esa posición [cuando estaba suspendido] hierros de aproximadamente cuarenta y cinco kilogramos eran atados a los pies. Los verdugos entonces halaban la cuerda y soltaban bruscamente a la víctima, sujetándole fuerte antes de que tocase el piso», señala Muñoz. El proceso se repetía una y otra vez. Curiosamente, a partir de 1620 varios inquisidores hicieron múltiples recomendaciones para que el dolor del prisionero fuese lo más intenso posible. Entre las mismas destacaban el levantar muy lentamente al reo para que «disfrutase» del cruel viaje y dejarle suspendido el tiempo en que se tardaba en recitar dos veces en silencio el salme «Miserere» (una oración de arrepentimiento).

«Si la víctima aguantaba la tortura y rehusaba confesar, los torturadores la llevaban a una plataforma donde le quebraban los brazos y las piernas hasta que moría», completa Muñoz. Pero no se detenía en ese punto el castigo pues, si lograban resistir y no se “marchaban al otro barrio”, el preso era estrangulado y quemado. No fue el caso de una bella mujer que, según cita M.V. de Feréal (S.XIX) mientras sufría la tortura de la garrucha «sufrió un ataque en el que lanzó mucha sangre de su pecho». Según parece, durante el castigo se le rompió la arteria, lo que la hizo fallecer a las pocas jornadas.

Curiosamente, una tortura similar fue practicada décadas después por los nazis en Auschwitz.

Cuna de Judas

La «cuna de Judas» era un artilugio que estaba formado por dos elementos. El primero era un sistema de poleas que permitía alzar a una persona en el aire. El segundo, una pequeña pirámide de madera cuya punta estaba sumamente afilada. La tortura consistía en levantar a la víctima en el aire y dejarla caer repetidamente y con fuerza sobre la base del artefacto para que su ano, vagina o escroto se desgarrasen. El verdugo, además, podía controlar el dolor que sufría el afectado controlando la altura a la que se ubicaba el prisionero.

Una curiosa variante de la cuna de Judas se llevaba a cabo utilizando agua y ubicando al afectado totalmente atado apoyado con varios pesos en los pies sobre la pirámide. «Era un tratamiento frecuentemente utilizado contra las mujeres acusadas de ser brujas. En el juicio por agua contra las brujas, se suponía que el agua, siendo un elemento “inocente y puro”, haría flotar a la víctima si era inocente, pero si era culpable, entonces se hundiría. Lo cual evidentemente siempre sucedía, pues nadie podía flotar en esa posición», determina Careaga en su obra.

Doncella de hierro

Este castigo era uno de los más crueles, aunque se sospecha que no llegó a utilizarse de forma tan usual como el potro debido a su severidad. Para llevar a cabo la tortura de la «doncella de hierro» se introducía al preso en un sarcófago con forma humana con dos puertas. Este artilugio contaba con varios pinchos metálicos en su interior que, cuando se cerraba el ataúd, se introducían en la carne del reo. Curiosamente, y en contra de lo que se cree, estas «agujas» gigantescas no acababan con su vida, aunque le causaban un dolor increíble y hacían que se desangrase poco a poco. Pero eso sí, no le atravesaban de lado a lado, como se muestra en algunas películas.

A su vez, era algo precario como elemento para lograr que los herejes confesaran, pues no había forma de aumentar progresivamente el dolor que causaba. «Había pocos sarcófagos y en realidad estaban pensados para infundir terror. Cualquiera de las torturas precedentes, aunque de apariencia más modesta, permitía una aplicación de intensidad variable, según las necesidades, mientras que la doncella no permitía graduaciones», señala el autor de «La Inquisición, el lado oscuro de la Iglesia».

Tal y como explicamos en ABC en 2012, la primera ejecución con este método se sucedió el 14 de agosto de 1515, y la víctima fue un falsificador. «Las puntas afiladísimas le penetraban en los brazos, en las piernas, en la barriga y en el pecho, y en la vejiga y en la raíz del miembro, y en los ojos y en los hombros y en las nalgas, pero no tanto como para matarlo, y aseí permaneció haciendo un gran griterío y lamento durante dos días, después de los cuales murió», explica el autor alemán del S.XIX Gustav Freytag. Según se cree, Erzsébet Báthory, la «condesa sangrienta» (una mujer acusada de asesinar a cientos de personas por creer que así podría obtener la belleza eterna) era una de las asesinas que -durante el siglo XVII- más disfrutaba usando este artilugio con aquellas chicas que capturaba y aniquilaba.

Sierra

La «sierra» era uno de los castigos más brutales que se podían perpetrar contra un prisionero. Usualmente estaba reservado a mujeres que en palabras los inquisidores, hubiesen sido preñadas por Satanás.

Para lograr acabar con el supuesto niño demoníaco que llevaban en su interior, los responsables de cometer la tortura colgaban a la hechicera boca abajo con el ano abierto y, mediante una sierra, la cortaban hasta que llegaban al vientre. «Debido a la posición invertida en que se colgaba a la víctima, el cerebro aseguraba amplia oxigenación y se impedía la pérdida general de sangre. La víctima, por ello, no perdía la consciencia hasta llegar al pecho», completa Careaga. Aunque no era una tortura que buscara una confesión, su crudeza hace que no pueda ser olvidada en esta lista.

Bukubuku

por Emilio de Miguel Calabia

¿Por qué «Inquisición»?

La palabra tiene su origen en el latín “inquiro”, que significa buscar, e “inquisito”: búsqueda. El objetivo del Tribunal era la búsqueda y castigo de los herejes. Es necesario aclarar que no existió sólo una Inquisición, las más conocidas son dos:

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Inquisición Medieval: Estuvo bajo el mando directo del Papa, y sus orígenes están en la persecución de los cátaros o albigenses, quienes eran considerados sectarios por criticar los excesivos lujos de la Iglesia.

Inquisición Española: Este Tribunal perseguía a los «judaizantes» (judíos convertidos al cristianismo que secretamente mantenían sus tradiciones). Ésta, a diferencia de las demás inquisiciones, estuvo al mando del Estado, comenzó con los Reyes Católicos en 1478 y se disolvió por completo en 1834. Existieron otras cuantas como la portuguesa y la romana, ambas bajo la autoridad del Papa.

¿Bastaba un rumor para acusar a alguien?

Si bien es cierto que los procesos de la Inquisición se alejaban del Derecho Romano y del conocido procedimiento acusatorio (en el que las partes, acusado y perjudicado, presentan pruebas a un juez y éste decide en favor de uno o de otro), la mayoría de las veces el Tribunal buscaba que una acusación tuviera, por lo menos, dos quejosos para poder iniciar un proceso, y éste era muy largo.

¡Aquí Espantan! Los fantasmas de la Inquisición del Museo de Medicina

La Santa Inquisición, el tribunal que persiguió la herejía 2

¿Los presos eran torturados desde su aprehensión hasta la muerte?

No, había un largo tramo a la hoguera. Generalmente el proceso se podía dividir en seis partes:

1.- Edicto de fe: Esto no era más que la invitación a denunciarse a sí mismos, si es que alguien se creía hereje, así como a denunciar a otros. Este período correspondía a un lapso de entre 30 y 40 días.

2.- La detención: Después de levantar el informe conocido como “sumaria”, que recogía los testimonios de cargo contra el acusado, se procedía al arresto, y éste iba acompañado de la confiscación de los bienes; si era una persona de alto rango, se le permitía tener uno o dos criados que permanecerían encerrados con ellos.

3.- La instrucción: Una vez detenido, el presunto culpable permanecía aislado en su celda durante semanas o meses. Muchos no sabían de qué estaban siendo acusados y sólo tenían contacto con su carcelero. Cuando finalmente los inquisidores interrogaban al prisionero, las preguntas tenían que ver con los oficios que había desempeñado hasta entonces, quiénes eran sus padres y abuelos; ciudades donde había vivido; cónyuges, hijos, estudios y viajes realizados. Después se comprobaba que conociera las principales oraciones católicas y se le pedía que dijera las razones por las cuales estaba detenido y que confesara sus pecados.

4.- Tortura: El proceso anterior se repetía hasta tres veces con intervalos de algunos días. Si tras el tercer interrogatorio el prisionero no confesaba, se le llevaba a la celda de tortura, a donde sólo podían acceder el escribano, los inquisidores y el verdugo. La tortura a los prisioneros era para hacerlos confesar, aunque los inquisidores eran conscientes de que el tormento no era un medio seguro de obtener la verdad.

Santa Inquisición, el tribunal que persiguió la herejía

Cruzadas, la Inquisición y otros crímenes sangrientos cometidos por la Iglesia Católica

5.- Veredicto: Llegado este punto era imposible declarar a un acusado inocente, era preferible decir que no había pruebas suficientes. Según el grado de culpabilidad se distinguen tres tipos de acusados:

Herejes que niegan serlo a pesar de las pruebas.

Culpables que lo confiesan.

Pertinaces

A los primeros dos se les permitía la reconciliación a través de diferentes abjuraciones, la cual dependía del tipo de delito. El tercer grupo se dividía a su vez en tres categorías, ninguna con un final deseable.

6.- El auto de fe: Este evento se debía realizar un domingo o un día festivo para que todos los habitantes pudieran asistir; días antes se leía una proclama pública para invitar a la población. Una vez que el penitente era vestido adecuadamente, respecto al delito cometido (con el Sambenito, la prenda que vestían los acusados por el Tribunal), abandonaban la prisión hacia donde se realizaría el auto de fe. Un predicador pronunciaba un sermón para atacar la herejía, después se hacía la lectura de las sentencias y, una vez terminada la lectura, un destacamento llevaba a los condenados a los lugares de suplicio; inmediatamente después se arrojaban los cuerpos a la hoguera para reducir a cenizas los cadáveres. Esto podía tomar toda la noche.

Santa Inquisición, el tribunal que persiguió la herejía

¿Cuántas muertes causó la Santa Inquisición?

Aunque las cifras no son exactas, lo cierto es que no sólo la Inquisición fue culpable. Es decir, como los miembros del Tribunal Eclesiástico no podían ser verdugos ni torturar, siempre existió una colaboración Iglesia-Estado, por lo que los gobiernos de Alemania, Francia, España, etc., fueron los brazos seculares que realizaban tanto las torturas como los autos de fe.

Diario secreto del conquistador español que murió a manos de la Inquisición

¿Cuándo dejó de existir?

La mayoría de las inquisiciones se disolvieron alrededor del siglo XIX; sin embargo, la conocida como “Romana” no ha dejado de existir. En 1965 cambió su nombre a “Congregación para la Doctrina de la Fe”, cuyo campo de acción se limita dentro de la misma Iglesia. (Vaticano, s.f.)

Esto es sólo un brevísimo resumen que puede ayudarte a comprender cómo actuó la Inquisición a lo largo de seis siglos.

La Historia está llena de detalles curiosos que vale la pena descubrir, por eso te compartimos los datos de La expulsión religiosa que inspiró la Independencia de México.

Trabajos citados:

Alcalá, Á. (1984). Inquisición española y mentalidad inquisitorial. Barcelona: Ariel.

Baroja, J. C. (1972). Las brujas y su mundo. Madrid : 1969.

Escudero, J. A. (1989). Perfiles jurídicos de la Inquisición española. Madrid: Universidad Complutense de Madrid.

Kamen, H. (1965). LA INQUISICION ESPAÑOLA. Barcelona: Crítica.

Pérez, J. (2009). BREVE HISTORIA DE LA INQUISICION EN ESPAÑA . Barcelona: Crítica.

Vaticano. (s.f.). http://www.vatican.va/.

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AGOSTO 15, 2015 CIENCIA Y ESPÍRITU

Inquisición española. Escena del drama Don Carlo, Acto 3, Parte 2, en Covent Garden Ópera. La escena toma lugar frente a la catedral de Valadolia, efectuándose un auto-de-fe. Los herejes, arrodillados, serán quemados. Estos se arrodillan en la presencia de oficiales de la Iglesia Católica Romana y del gobierno secular.

Persecuciones, torturas y matanzas realizadas por la Roma pontificia

Preámbulo

-“Quienes revisan con ojo inquisitivo los desenvolvimientos de la raza humana quizás observen que los huertos y el circo de Nerón en la colina Vaticana, los que fueron manchados con la sangre de los primeros cristianos, han sido hechos todavía más famosos por el triunfo y el abuso de la una vez perseguida religión. Sobre aquel mismo lugar, ha sido edificado por los Papas ‘cristianos’ un templo que sobrepasa por mucho las antiguas glorias de la Capital –los Papas, quienes, derivando su pretensión al dominio universal del humilde Pescador de Galilea, han sucedido al trono de los Césares, impartido leyes a los conquistadores bárbaros de Roma y extendido su jurisdicción espiritual desde la costa del Báltico hasta las playas del Océano Pacífico.” (El decaimiento y fin del Imperio Romano, por Edward Gibbon. Tomo 1, Página 213)

“La iglesia de Roma defendió con violencia el imperio que había obtenido por fraude; un sistema de paz y benevolencia pronto fue deshonrado por proscripciones, guerras, masacres y la institución del santo oficio” (El decaimiento y fin del Imperio Romano, por Edward Gibbon. Tomo 1, Página 233)

Persecuciones, torturas y matanzas realizadas por la Roma pontificia en EUROPA, desde la Edad Media hasta el Siglo XIX. Los siguientes ejemplos realzan el intolerante y sanguinario espíritu perseguidor de la Iglesia Católica Romana contra toda clase de persona que no se sometiera a ella, particularmente en el continente de EUROPA. De nuevo, enfatizamos que no pretendemos identificar entre las víctimas a los verdaderos “mártires de Jesús”.

ESPAÑA.

“La conducta espeluznante del Santo Oficio (la Santa Inquisición)debilitó el poder y redujo la población de España, pues obstaculizaba el progreso de las artes, las ciencias, la industria y el comercio; también porque obligó a multitudes de familias a salir del Imperio, ya que instigaba la expulsión de los judíos y de los moros; también por inmolar en sus hogueras candentes a más de 300,000 víctimas (Jean Antonine Llorente, Secretario de la Inquisición española, 1790-92, Historia de la Inquisición, citado en R. W. Thompson, El papado y el poder civil, Página 82). Algunos historiadores consideran exagerada la cifra de “300,000 víctimas quemadas”.

Zurita, uno de los secretarios de la Inquisición se jactó de que habían incendiado a cuatro mil herejes solo en Sevilla(La Reforma, Will Durant, Página 215-216). El inquisidor Páramoconfirma este dato. Los cuatro mil fueron quemados en los años del 1480 al 1520, y treinta mil personas fueron sentenciadas y condenadas a sufrir distintas penalidades durante el mismo período (La nueva enciclopedia Schaff-Herzog, Tomo VI, Página 3).

Año 1482. El infame inquisidor Tomás de Torquemada fue nombrado primer Inquisidor General de Castilla y Aragón.

Tomás de Torquemada O. P. (Nacido en Valladolid1420 – Ávila16 de septiembre de 1498) fue el Inquisidor General de Castilla y Aragón en el siglo XV y confesor de la reina Isabel la Católica. Gran artífice del Edicto de Granada, el que ordenó la proscripción de todos los judíos de España para el 2 de agosto de 1492. En 1493 se retiró al convento de Santo Tomás, de la ciudad de Ávila, donde acaecería su muerte cinco años más tarde.

Año 1492. Se ordenó que todos los judíos salieran de España. Esto pasó en el mismo año en el que Cristóbal Colón descubrió América, lamentablemente.

  1. a)  “El Decreto de la Alhambra o Edicto de Granada fue un decreto editado en la Alhambra(edificio de la ciudad de Granada, AndalucíaEspaña) el 31 de marzo de 1492 por los reyes recién llamados Reyes CatólicosFernando II de Aragón e Isabel I de Castilla, en el cual se obliga a todos los judíos de la península Ibérica a convertirse al catolicismo o ser expulsados, con término el 31 de julio de 1492. Por motivos logísticos se extendió este plazo hasta el 2 de agosto a las doce de la noche. Fernando el Católico firmaba otro para el reino de Aragón. Ambos partían de un mismo borrador elaborado por Tomás de Torquemadainquisidor general en España. El día 2 de agosto coincidió con la partida de Cristóbal Colón hacia el descubrimiento de una nueva ruta a las Indias, viaje que acabó con el descubrimiento de América.” (org. Artículo Edicto de Granada.)

“Las estimaciones de la cifra total de judíos que salieron de España son muy dispares, pero abarcan desde los 50.000 a los 200.000 individuos. En Aragón la población hebrea era poco abundante, por lo que la pérdida demográfica supuso unos 10.000 o 20.000 habitantes. Por el contrario en Castilla eran numerosos en lo que es hoy Castilla y LeónCastilla-La ManchaAndalucíayMurcia. La mayoría de los judíos desterrados fueron a parar a Portugal o Navarra, de donde años más tarde también sería expulsados; la minoría restante marchó a Flandes, norte de ÁfricaItalia y territorios mediterráneos del Imperio Otomano.”(www.wikipedia.org. Artículo Edicto de Granada.)

Copia sellado del Edicto de Granada. www.wikipedia.org

«Hemos decidido ordenar que todos los judíos, hombres y mujeres, de abandonar nuestro reino, y de nunca más volver. Con la excepción de aquellos que acepten ser bautizados, todos los demás deberán salir de nuestros territorios el 31 de julio de 1492 para no ya retornar bajo pena de muerte y confiscación de sus bienes (…)»

Año 1499. El inquisidor general Francisco Jiménez intentó forzar la conversión de los moros residentes en España. Estos se rebelaron. (Datos de las últimas tres partidas tomados de Microsoft Booksheft, Cronología, CD-ROM, 1994.)

Francisco de San Román fue quemado a la estaca en el año 1542. Mientras ardía, algunos espectadores fanáticos metieron sus espadas en el cuerpo de San Román. En Sevilla, el canónigo Juan Gil fue encarcelado durante un año por haber predicado en contra de la veneración de imágenes, oraciones a los santos y la eficacia de obras meritorias para ganar la salvación. Murió, y después de muerto, exhumaron y quemaron sus huesos. El canónigo Constantino Ponce de la Fuente, convertido al protestantismo, murió en las mazmorras de la Inquisición. Catorce seguidores de Constantino Ponce de la Fuente fueron quemados, incluso tres mujeres y cuatro frailes convertidos al protestantismo (La Reforma, Will Durant, Página 640).

Valladolid. Año 1559. El “domingo de la Trinidad”, día 21 de mayo, “catorce fueron ejecutados en presencia de una multitud que aplaudía”. El día 8 de octubre, dos fueron quemados vivos y diez estrangulados ante una multitud de doscientos mil presidida por Felipe II (La Reforma, Will Durant, Página 640).

Miles de judíos fueron masacrados por la Iglesia Católica Romana en España. (Datos tomados de La Reforma, Will Durant, Páginas 200-201.)

(1)  Año 1328. Navarre. Cinco mil judíos masacrados y sus casas quemadas.

(2)  Año 1355. Toledo. Mil doscientos judíos fueron asesinados.

(3)  Año 1391. Fernán Martínez avivó al populacho en todos los centros importantes de España a masacrar a todo judío que rehusara convertirse al cristianismo.

La Inquisición aún “florecía en todo el país hasta 1700”. Del 1700 al 1746, se quemaron otros setecientos ochenta y dos “herejes” y catorce mil fueron sometidos a distintos castigos (La nueva enciclopedia de Schaff-Herzog, TomoVI, Página 4). Aquello sucedió, estimado lector, hace comparativamente poco en la línea del tiempo.

FRANCIA.

Año 1179. Tratándose de los albigenses y otros grupos parecidos, “para el año 1179, los seguidores de la nueva doctrina eran tan numerosos, especialmente en el sur de Francia, que Alejandro III propuso el plan de aplastarlos físicamente. Inocente III organizó una guerra religiosa sistemática contra ellos, utilizándose universalmente las inquisiciones episcopales” (La nueva enciclopedia Schaff-Herzog, Tomo VI, Página 2). Alejandro III fue Papa de la Iglesia Católica Romana de 1159 a 1181 d. C. Inocente III fue Papa de 8 de enero de 1198 a 16 de junio de 1216. ¿Qué tenía de “inocente” un Papa que “organizó una guerra religiosa sistemática” de exterminación?

Año 1209. Sesenta mil personas fueron ultimadas en Beziers, Francia por mandato de la Iglesia Católica Romana. (B, 124; C, 256)

“Valdense amarrado a una estaca y quemado por católicos” A la derecha, un monje sostiene una antorcha, con la cual encender el fuego. Pintura por Joe Maniscalco.  http://biblical-illustrations.com

Año 1211. Cien mil albigenses (protestantes) fueron muertos en un solo día en Layaur, Francia y los pueblos aledaños. El gobernador del área fue ahorcado. Muchos ciudadanos fueron quemados vivos. Tantos fueron los traspasados por espada que la sangre corría por las calles. Los católicos que perpetraron esta masacre celebraban misas solemnes en medio de la carnicería y glorificaban a Dios por la “victoria de la iglesia”, aun componiendo un himno en honor al evento. (B, 124)

En Merindol, Francia, quinientas mujeres valdenses fueron quemadas en un establo donde se habían refugiado de los católicos. Muchas mujeres fueron ultrajadas a la mira de todos. Los hijos de los valdenses fueron asesinados en presencia de sus padres. Algunos fueron tirados desde peñascos. Otros fueron arrastrados desnudos por las calles. (B, 124)

“Masacre de valdenses en el Monte Castalluso” Por Joe Maniscalco http://biblical-illustrations.com

Año 1487. El Papa Inocente VIII (1484-1492) levantó una cruzada contra los valdenses (vaudois) en Francia prometiendo “la remisión de todos sus pecados a todo aquel que matara a un hereje” (C, 257). “Representantes del papado siguieron devastando pueblos y villas hasta mediados del Siglo XVI. … El rey francés Francis I armó una cruzada contra los valdenses de Provence, la cual resultó ser, efectivamente, una genocida que los exterminó en Francia para el año 1545” (www.wikipedia.org. Artículo Waldenses.)

“Valdense amarrado en una mazmorra” Pintura por Joe Maniscalco. Derechos reservados. Parado en la puerta, un inquisidor católico romano, vestido de la púrpura que identifica a la “bestia” y a la “la gran ramera” de Apocalipsis, con sus manos unidas en típico gesto hipócrita de “humildad y santidad”, viene a sacar al infeliz “hereje”, juzgarlo y sentenciarlo. Una vez denunciado cualquier hombre, mujer, joven o niño de “hereje”, difícilmente se libraba, por inocente que fuera, de las garras de la infame “Santa Inquisición”.

Año 1562. En la ciudad de Orange, Francia, los católicos romanos mataron a muchos protestantes. (B, 124)

Año 1572. Entre agosto 17 y septiembre 17. “La masacre del día de San Bartolomé.” “Los católicos mataron a muchos hugonotes en París; masacres similares tomaron lugar en otros pueblos durante las siguientes semanas, calculándose en 70,000 el total de muertos. Los perpetradores fueron protegidos por una amnistía.”(www.wikipedia.org/wiki/Huguenot) Celebrando el evento, el Papa Gregorio XIII hizo una moneda conmemorativa. Asombrosamente, ¡en un lado de la moneda aparece una mujer sosteniendo una copa de oro en su mano! ¿Semejanza de “la gran ramera” de Apocalipsis 17, “ebria con la sangre de los mártires”, con el “cáliz de oro” en su mano, lleno de sus “abominaciones” e “inmundicias”? (B, 124-125) “Hugonote” fue nombre dado a los protestantes en Francia, siendo ellos seguidores de Juan Calvino. En su apogeo, a mediados del Siglo XVII, había unos dos millones de hugonotes en Francia, mientras sumaban aproximadamente dieciséis millones los católicos romanos (www.wikipedia.org/wiki/Huguenot).

www.wikipedia.org

“La masacre del día de San Bartolomé.” En 1572, en París y otros pueblos de Francia, los católicos mataron a unos 70,000 hugonotes (seguidores de Juan Calvino). Pintura por  François Dubois.

BOHEMIA y POLONIA.

El Papa Martín V (1417-1431) ordenó al rey de Polonia a exterminar a los husitas (seguidores de Juan Hus). Escribió: “Sepa queconforme a los intereses de la Santa Sede, como también a los de su corona, es su deber exterminar a los husitas. Así pues, mientras aún haya oportunidad, despliegue sus fuerzas[militares] contra Bohemia: queme, masacre, haga de todo un desierto, ya que no habrá nada que agrade más a Dios o que sea más útil para la causa de los reyes que la exterminación de los husitas” (Cormenin, Historia de los Papas, Páginas 116-117, citado en El papado y el poder civil, Página 553, R. W. Thompson).

Año 1637. “El jesuita Anton  Koniasch se jactó de haber quemado más de sesenta mil libros en Bohemia, casi todos Biblias (La nueva enciclopedia religiosa Schaff-Herzog, Tomo IX, Página 422).

INGLATERRA. Años 1553-1558. A principios del Siglo XVI, los “protestantes” se impusieron en Inglaterra. Luego subió al trono la reina María, de la fe católica romana, conocida en la historia como “la sanguinaria María”. Esta mujer se empeñó en restaurar el catolicismo en su país. A consecuencia de sus acciones, “cientos (de protestantes) fueron martirizados durante su reinado corto” (La nueva enciclopedia religiosa Schaff-Herzog, Tomo IX, Página 423). “La sanguinaria María”, reina católica romana, se asemeja asombrosamente a “la mujer ebria de la sangre de los santos” de Apocalipsis.

HOLANDA. “En la persecución de la herejía en Flanders y Holanda, el rey Carlos V respaldó el cien por ciento a la Iglesia(Católica)”. Instaló la Inquisición en Holanda (La Reforma, Will Durant, Páginas 632-635).

1 de julio de 1523. Henry Voes y Johann Eck, dos frailes agustinianos convertidos al protestantismo, fueron quemados.

Año 1524. El prior Henry de Zutphen, convertido al protestantismo, fue quemado.

El emperador Carlos V, del Sacro Imperio Romano, montó un pogromo (intensa campaña de extirpación) prolongado para acabar con los “disidentes” religiosos. “En el 1546, el embajador veneciano a la corte de Carlos V calculó que treinta mil personas, casi todas Anabaptistas, fueron muertas” (La Reforma, Will Durant, Páginas  633-635).

“En términos de crueldad, el duque de Alba sobrepasó a los emperadores paganos de Roma, destruyendo, según Grotius, las vidas de cien mil protestantes holandeses durante sus seis años como regente (La nueva enciclopedia religiosa Schaff-Herzog, Tomo IX, Página 422).

SUECIA. Año 1520 d. C. La Iglesia Católica Romana responsable por una masacre en Suecia. He aquí, concisamente, la secuencia de eventos. Los suecos proclamaron a Sten Sture regente, así independizándose de Dinamarca. El arzobispo católico Gustav Trolle se opuso a la decisión y la acción de los suecos. El nuevo líder Sture destronó al arzobispo. Interviene el Papa Leo X, ordenando que restauraran al arzobispo Trolle a su puesto. Sture se negó. El Papa comisionó a Cristián II, rey de Dinamarca, a invadir a Suecia. Estalló una guerra. Cristián II triunfó y el día 4 de noviembre de 1520 fue coronado rey de Suecia. Cristián II restauró al arzobispo Trolle a su puesto. Un representante de Trolle acusó a algunos líderes suecos, los que habían apoyado a Sture, de crímenes mayores contra el arzobispo. A pesar de la amnistía, setenta líderes suecos fueron condenados a morir. Estos fueron decapitados en la Gran Plaza el día 8 de noviembre. El día 9, otros fueron arrestados y ejecutados. Algunos espectadores de los que expresaron simpatía para ellos también cayeron en la carnicería. Las propiedades de los ejecutados fueron confiscadas para el rey. Todo el pueblo de Suecia gritó con horror. Entre el público, la Iglesia[Católica Romana] perdió estima en gran manera por haber iniciado la masacre (La Reforma, Will Durant, Página 621 – 622).

ITALIA.

Año 1632. Galileo ante los inquisidores católicos romanos. Lo condenaron.
www.wikipedia.org

Año 1207. La Inquisición procedió “con severidad sin paralelo” contra los Paterenenses. Esta acción causó una revolución en Viterbo en el 1265 y en Parma en el 1277, resultando en la expulsión de los inquisidores y el asesinato de algunos (La nueva enciclopedia Schaff-Herzog, Tomo VI, Páginas 2-3).

En el 1542, el cardenal Caraffa, reorganizó la Inquisición italiana al estilo de la española. Con el respaldo de toda la Curia Romana extirpó la Reforma del país. Los proponentes de la Reforma en Italia “fueron encarcelados o muertos” (La nueva enciclopedia Schaff-Herzog, Tomo VI, Páginas 3-4).

ALEMANIA.

La Inquisición en Alemania “montó una guerra terrible de exterminación… en el año 1233, contra los stedingianos”. Estos eran agricultores de descendencia holandesa que habían ocupado la delta del río Weser, en el norte de Alemania, mediante contractos legales con las autoridades. Libres, a diferencia de la inmensa mayoría de los peones de aquel tiempo, al tener éxito en sus empresas, excitaron el celo del clero católico romano. En la primavera de 1234, los dominicos católicos montaron una cruzada contra los stedingianos, gritando “¡Hay que aniquilarlos!” Se formó un gran ejército para atacar a los stedingianos. Estos se defendieron valientemente. La sangre de 5,000 stedingianos saturó los campos que habían cultivado pacíficamente. (www.wikipedia.org. Artículo en inglés Stedingen.)

“De acuerdo con la información en la obra de Federico, tal parece que las acciones sanguinarias en Antwerp, Bruselas, Ghent, Utrecht y otras ciudades eran peores de lo que se había pensado”(La nueva enciclopedia Schaff-Herzog, Tomo VI, Página 3).

Ejemplos de persecuciones llevadas a cabo por la Iglesia Católica Romana en el Nuevo Mundo (hemisferio occidental).

“El cacique Hatuey quemado por orden de prelados católicos”
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CUBA. Año 1519 (?). El gran cacique Hatuey fue quemado vivo cuando rehusó convertirse al catolicismo. Amarraron a Hatuey a una estaca. Se le acercó un padre católico romano, hablándole del “cielo”. Hatuey le pregunta: “Si voy al cielo, ¿encontraré a los cristianos allí? ”El padre le dice que sí. Hatuey replica: “Entonces, prefiero sufrir en el infierno más bien que ir al cielo donde estaría en la compañía de ustedes los cristianos que son tan crueles y brutales” (D, 9).

“El rey inca Atahualpa apresado por españoles”
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PERÚ.

El padre dominico Vicente Valverde financió la expedición de Francisco Pizarro a Perú. Encontrando a Atahualpa, rey del gran Imperio Inca, con su capital en Cusco, el padre Valverde le exigió que renunciara su corona y su religión, entregándose al rey de España y convirtiéndose a la fe católica romana. Atahualpa reprendió a Valverde por su osadía. Al instante, este exclamó a sus compañeros españoles: “¡Venganza!, hermanos, ha llegado el momento. ¡Les absuelvo!” Enseguida, los españoles mataron a miles de Incas. Apresando a Atahualpa, lo instaron a convertirse. Renegando este, lo estrangularon, quemando su cuerpo (D, 11-24).

La “Santa Inquisición” fue instalada en Perú donde persiguió a muchos herejes, encarcelando o matando a no pocos. El evangelista y autor peruano Hipólito Triveños, ha recopilado en un libro escrito por él muchísima información detallada sobre la obra nefasta del “Santo Oficio” en su país.

III.  La posición doctrinal, en el Siglo XX, de la Iglesia Católica Romana sobre el trato de  herejes, o sea, todo creyente que no sea católico romano, o que, llamándose “católico”, crea, enseñe o practique doctrinas contrarias a la doctrina católica romana.

Al respecto, el padre Alexius M. Lepicier, profesor de Teología Sagrada del Colegio Pontifical de Propaganda Fide, escribe, en un libro publicado en el 1910: “¿Deberíamos tolerar a los herejes? Nadie puede dudar que no solo merecen ser cortados de la iglesia mediante la excomulgación sino que también deben ser eliminados de en medio de los vivos mediante la muerte. Por consiguiente, tan pronto confiese públicamente alguna persona su herejía y procure pervertir a otros por palabra o ejemplo, no solo debe sufrir la mayor excomulgación sino que también debe ser muerta, lo cual es justo para que no destruya a muchos mediante su contagio pestilente” (Destabilitate et progressu dogmati, Librería Pontífica, Roma, Página 104; Citado en D, Introducción, Páginas x-xi). En el prefacio del libro escrito por Lepicier, el secretario del Papa escribió: “El Supremo Pontífice estaba inmensamente complacido con la producción”.

El padre jesuita Cavalli, escribiendo en la revista La Civitta Católica, el 3 de abril de 1948, expone la posición de la Iglesia Católica Romana sobre el trato de herejes. “La Iglesia Católica, convencida por sus prerrogativas divinas que es la única iglesia verdadera, reclama única y exclusivamente para sí misma el derecho a la libertad, pues este derecho puede pertenecer solo a la verdad y nunca al error. En lo concerniente a otras religiones, ella no utilizará la espada en contra de ellas. Sin embargo, solicitará por los medios dignos de la criatura humana que no se les permita propagar sus falsas doctrinas” (Citado en D, Introducción, Página xiv). Cavalli dice que la Iglesia Católica “no utilizará la espada” contra otras religiones. Claro que no lo hace en los países modernos porque ya no puede manipular y utilizar el “brazo secular” como en épocas pasadas. El Cordero de Dios ha librado a estos países del yugo de la jerarquía católica romana. ¡Alabado sea Dios! Hoy día no utiliza la espada porque no se lo permiten los países librados de su yugo. Sin embargo, lo ha hecho libre y maliciosamente en el pasado, torturando, matando, o haciendo matar, a millones de seres humanos.

SIGLO XX. Persecuciones llevadas a cabo por la Iglesia Católica Romana en pleno Siglo XX.

El “Estado CATÓLICO Independiente de CROACIA”. (Datos tomados de C, 296-307 y de fuentes del Internet.)

Este país fue establecido a principios de la Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945).

La población de este nuevo estado consistía de: tres millones de católicos romanos, dos millones de serbios, los que eran miembros de la Iglesia Ortodoxa Griega, un millón de musulmanes y aproximadamente cincuenta mil judíos.

Ante Pavelic
Führer (padre) del Estado Católico Independiente de Croacia. www.etrend.ch/fundgrube/bilder/antepavelic.jpg

Los nazis nombraron  como cabeza del nuevo estado a Ante Pavelic. Este era católico romano. Encabezaba el partido político llamado “Ustashi”, instrumento que utilizó para separar violentamente de Yugoslavia el territorio y la población que constituirían el nuevo país Croacia Católico. Descubriendo su mentalidad perversa y carácter cruel, Ante Pavelic definió a un “buen ustashi” de la siguiente manera: Un buen ustashi es aquel capaz de cortar con un cuchillo el feto de la matriz de su madre”. Tengamos presente que era católico practicante el hombre que pronunció semejante sentimiento fríamente diabólico.

En su rol de Führer (“padre”) del nuevo país, Pavelic se valió de su autoridad y poder para  eliminar a los cincuenta mil judíos residentes en el territorio separado, matándolos o enviándolos a campos de concentración.

El buen Führer Pavelic, católico romano practicante, también ordenó la aniquilación o deportación de toda persona no católica romana. Se calcula que aproximadamente un millón de personas que no profesaban la religión católica romana fueron torturadas y ultimadas. Se relata que tan salvaje era la masacre que aun los nazis fueron horrorizados por la extrema crueldad y los excesos de los ustashis.

La jerarquía de la Iglesia Católica Romana, manifestando ante el mundo su alma enferma, su intolerancia brutal y su egoísmo satánico, respaldó las acciones criminales de Pavelic y su Partido Ustashi contra las gentes no católicas romanas. A continuación, evidencias irrebatibles al respecto.

  1. a)  El arzobispo Aloysius Stepinac emitió una Carta Pastoral conforme a la que todo el clero católico romano croata debía respaldar al nuevo estado. Ahora bien, una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Yugoslavia arrestó al propio arzobispo Aloysius Stepinac por sus crímenes, sentenciándolo a prisión por diecisiete años. Paradójicamente, el Vaticano premió los crímenes de Stepinac nombrándolo “cardenal”.
  2. b)  Los crímenes del Führer Ante Pavelic eran del común conocimiento. Sin embargo, aquel hombre desalmado fue recibido en el Vaticano y bendecido por el Papa Pío XII. Esto significa claramente que el Papa, aun sabiendo los crímenes de Pavelic, ¡lo recibió y lo bendijo!¿Con qué razón o justificación? Obviamente, porque Pavelic encabezaba un “estado católico” y porque la matanza de herejes tenía la aprobación tácita de la “Santa Sede”.

El arzobispo Aloysius Stepinac saluda al Führer Pavelic.
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Una fotografía del cardenal católico romano Aloysius Stepinac
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  1. c)  El fraile franciscano Miroslav Filipovic fungió por dos años como encargado del campo de concentración “Jasenovac”. Cien mil personas, casi todas ellas serbios de la Iglesia Ortodoxafueron exterminadas.

Miroslav Filipovic-Majstorovic, fraile franciscano, y también fascista.
A la izquierda, Filipovic-Majstorovic en su hábito de fraile.
En el centro, Filipovic-Majstorovic luce su uniforme Ustashi.
A la derecha, rezando misa durante una celebración en Banja Luka.
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  1. d)  El padre Vilim Cecelja servía como el Diputado Militar Vicar, con el rango de teniente coronel, para la milicia Ustashi.
  2. e)  El padre Iván Saric, de Sarajevo, fue conocido como el “verdugo de los serbios”.

El infame “Estado Católico Independiente de Croacia” ejemplifica las cosas horrendas que pueden pasar, aun en tiempos modernos, cuando la jerarquía católica romana se une a gobiernos engañados y utilizados por Satanás. Exterminación de pueblos, torturas inhumanas, matanzas masivas, destierro de gentes no católicas romanas. Y todo con la aprobación tácita de los oficiales católicos romanos en el Vaticano.

PERÚ. 4 de enero de 1945Persecuciones de religiones no católicas romanas en Perú a mediados del Siglo XX. Ennegrecemos la fecha con la intención de resaltar el hecho de que el siguiente acontecimiento tuvo lugar hace comparativamente poco tiempo. En aquella fecha, el presidente Prado, de Perú, pronunció el decreto citado a continuación: “Ya que se declara en la Constitución que la nación protege la religión Católica Romana… y ya que la nación invierte una suma considerable de dinero en el desarrollo de las Misiones Católicas, las acciones de las cuales no deben ser desnaturalizadas o contradichas por propaganda religiosa contraria, y ya que la propaganda pública lastima el sentimiento nacional produciendo divisiones religiosas:

-Los servicios de todas las religiones, exceptuándose la Iglesia Católica Romana, la cual el Estado protege, serán llevados a cabo exclusivamente dentro de sus respectivos templos;

Se prohíbe llevar a cabo reuniones o actividades propagandistas religiosas no Católicas en los parques, las plazas u otros lugares públicos;

Quienes no observen estas disposiciones serán denunciados como autores de crímenes, de acuerdo con las indicaciones del Artículo 393 del Código Penal.” (D, 126)

MÉXICO.

“En los años 1921, 1923, 1925, 1926 y 1928, pastores y miembros de iglesias evangélicas fueron asesinados” (D, 92).

9 de julio de 1946. “Un violento ataque Católico contra los protestantes estalló en el pueblo de San Felipe de Santiago el día 9 de julio de 1946.” Dos agentes de la Policía Federal Judicial, Marcos Fernández Ocaña y Leopoldo Arenas Díaz, y dos evangelistas, Francisco Vázquez y Cesáreo Antonio, fueron a investigar el incidente. A instigación del alcalde Pedro Juárez, los cuatro fueron atados y torturados. A Marcos Fernández le sacaron los ojos con un clavo, lo despellejaron con un machete, le esquilaron los oídos, aflojaron sus dientes a pedradas y garrotearon su cuerpo hasta romperle los huesos. Muerto, echaron su carne a los perros. Leopoldo Arenas dio su caballo y su arma a cambio de su vida. Aun así, fue garroteado. Esquilaron los oídos de los dos evangelistas y rompieron sus huesos, pero se salvaron cuando llegaron oportunamente tropas federales. El reportaje sobre estos acontecimientos apareció en la revista Tiempo, publicada en México. (D, 93-94)

ITALIA. Año 1947. Sonnino en Lazio, cerca de Roma.

Un misionero católico romano de la Más Preciosa Sangre incitó a la gente a la violencia contra los protestantes. Algunos de estos fueron arrestados y encarcelados. Un hombre fue muerto en la balacera.

Los sacerdotes gritaban: “¡Maten a todos!” Uno de los sacerdotes instaba al pueblo “a tomar armas en defensa de la religión católica” (D, Introducción, Página xiii).

La Santa Inquisición católica romana en tiempos modernos.

“La última víctima por hoguera de la Inquisición española fue en el 1834, año en que se abolió oficialmente la institución. Sin embargo, aún permanece la Inquisición. Con sede en el Vaticano, el Santo Oficio sigue siendo uno de los departamentos más poderosos de la jerarquía eclesiástica. En el 1965, el Papa Pablo VI la renombró como la Congregación de la Doctrina de la Fe, pero básicamente es la misma Inquisición.”www.whgbetc.com/mind/inquisition.html

Tratándose de la Inquisición católica romana, “no ha sido anulada ninguna de las leyes que definen sus acciones y determinan sus metas”, según la Nueva enciclopedia Schaff-Herzog, Tomo VI, Página 4.

Fuentes de información citadas en esta obra

-La “A” corresponde al libro en inglés: “The Two Babylons” (“Las dos Babilonias”). Subtitulado: “El culto papal”. Autor: Alexander Hislop. Segunda edición americana, 1959. Publicado por Loizeaux Brothers, Neptune, New Jersey.

-La “B” identifica al libro traducido al español: “Babilonia, Misterio religioso”. Autor: Ralph Woodrow, P. O. Box 124, Riverside, California 92502.

-La “C” corresponde al libro en inglés: “A Woman Rides the Beast”(“Una mujer viene sentada sobre la bestia”). Autor: Dave Hunt. Publicado por: Harvest House Publishers, Eugene, Oregon 97402.

-La “D” corresponde a  “La historia de la civilización” (“The History of Civilization”), una obra en inglés que se compone de ocho tomos grandes, contiene muchísima información histórica que respalda la interpretación de Apocalipsis, presentada en este estudio. Los autores son:Will y Ariel Durant. La obra fue publicada por Simon and Schuster, New York.

-La “E” corresponde a “La nueva enciclopedia Schaff-Herzog de conocimientos religiosos.” Esta obra en inglés consta de unos cuantos tomos. Publicada por Baker Book House, Grand Rapids, Michigan, Estados Unidos.

-La “F” corresponde a  “El debilitamiento y la caída del Imperio Romano.” Dos tomos. Por Edward Gibbon. Obra publicada por William Benton. Enciclopedia Britannica, Inc., Chicago, London, Toronto. 1952. Esta obra figura en la serie de: “Los libros más importantes del mundo occidental”.

Fuente: http://www.unsurcoenlasombra.com/la-repugnante-historia-de-la-santa-inquisicion-de-la-iglesia-catolica-romana/

 

Acerca de Pablo Emilio Barreto Pérez

Pablo Emilio Barreto Pérez es: *Orden Independencia Cultural Rubén Darío, *Orden Servidor de la Comunidad e Hijo Dilecto de Managua.
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