Motastepe, Motastepe, Motastepe destruido por areneros

Piñuelares y antenas misteriosas en su cúspide

Motastepe o Mirador de Managua

* Managua se ve espléndida desde sus 840 metros de altura

* Los areneros le han hecho un anillo peligroso

* Toda la base Sur, Este y Norte convertidos en un basurero enorme
* Casi no quedan rastros de las siglas del Frente Sandinista en el Motastepe

* Subimos al Motastepe en Viernes Santos y Viernes 13 contra los pronósticos míticos en la Comarca de Nejapa

Pablo Emilio Barreto P.

Hace tan sólo tres semanas subí al misterioso Cerro Wisisil (o Güisisil), 1, 120 metros de altura, ubicado en la Meseta de Estrada.
Esta Viernes Santos, Viernes 13, en pleno Sol, subí el respetado y trascendental Motastepe en compañía de Salvador Esquivel González, dirigente del Movimiento Comunal Nicaragüense en la Comarca de Nejapa, situada unos tres kilómetros al sur de este «cono apagado», de pura arena», llamado Motastepe.
El Motastepe tiene 840 metros de altura. Está situado exactamente al pie de la oquedad de la Laguna de Nejapa, uno de los 16 volcanes de Managua.
El mismo Motastepe colinda con los cerros Xavier, San Carlos, Los Martínez, Las Piedrecitas y Batahola, y la Laguna de Asososca por el norte.
A pesar de la enorme importancia económica del Motastepe, porque de él se sacan miles de toneladas de arnea para construcciones de Managua, virtualmente es escasa la literatura científica sobre su formación y evolución geológica como «cono apagado», según la definición esacuetísima del doctor Jaime Incer Barquero, autor de la única Geografía temática de Nicaragua.
Sin embargo, se presume que su formación y evolución forma parte del llamado «cinturón de fuego» que afecta a Nicaragua con la Cordillera de los Volcanes Maribios, la cual comienza en la Península de Cosigüina, se ve interrumpida en el Volcán Momotombo, sigue en el Volcán Masaya y concluye en los Volcanes Madera y Concepción en el Lago de Nicaragua.

El anillo de los derrumbes

Esquivel González y yo comenzamos a escalar el Motastepe a las siete y media de la mañana por el lado sur.
Mientras patinábamos en arena movediza, la primera impresión contrastante la encontramos al girar la mirada hacia el Oeste, donde hay centenares de cuadrantes y rectángulos, rodeados de una especies de terrazas, de donde se han sacado miles de millones de toneladas de arena, lo cual ha dado origen a una excavación, con forma de anillo, al pie del Cerro Motastepe, lo cual podría dar lugar a derrumbes futuros.
Miles de arbolitos de la falda del Motastepe han sucumbido al arrase de machetes y fuego, mientras por el lado sur sólo encontramos un árbol de Panamá, bastante alto.

Subiendo verticalmente, con el aliento sofocado y el corazón agitado, finalmente llegamos a una trocha o carretera semiperdida, ubicada a unos 650 metros de altura por el lado sur.
Esta carretera tiene forma de caracol, pues comienza por el lado norte, a la altura del Restaurante «Panorama» y le da dos vueltas al Motastepe.
Funcionó en la época del gobierno revolucionario sandinista hasta una plazoleta de una media manzana de extensión en la propia cúspide, donde encontramos una base, en forma de cruz, en que estuvo una torre para una antena de comunicaciones del Ejército Popular Sandinista.
Al subir allí, Salvador Esquivel González y yo encontramos todavía intactatas varias bases de los tensores (cables y arranques de cemento) de la torre, pero otras bases de concreto fueron derrumbadas y lanzadas hacia las laderas Sur, Norte y Este del Motastepe.

Piñuelas misteriosas

Vaya asombro, una de las primeras sorpresas desagradables fue encontrar un basurero en la cùspide del Motastepe, allí en la orilla de donde estuvo la torre mencionada.
En los lados Este, Norte y Oeste de la plazoleta encontramos extensiones pequeñas de piñuelas monteras, quemadas por el fuego, pero conservando las «piñas» de frutas, en torno a las cuales se han tejido distintas leyendas aterradoras en la Comarca de Nejapa, donde se dice que si uno las corta y las quiere sacar de esa altura, no encuentra la salida de regreso hacia Managua y otros lugares aledaños de la capital.

Cortamos cincño piñas de piñuela. Allí mismo encontramos numerosos arbolitos de «chocoyito», coronados por centenares de frutas redondas, amarillas y duras.
Cerca de la plazoleta, el viento poderoso mecía unas frutas moradas, llamadas «chilcas» y unas flores lilas preciosas pero hediondas, identificadas con el nombre de «palancas» por los pobladores de Nejapa y Ciudad Sandino.
Encontramos «manchas» de un árbol nombrado «poro-poro», cuyo fruta produce un algón sedita parecido a la ceiba de los ceibones que vemos en Managua.
Los motorrales de jalacates están secos, quemados, y «por allá hay varios árboles de «cagalera», dice Salvador Esquivel González, mientras señala un árbol mediano, lleno de flores amarillas, situado a la orilla de jiñocuabos, guácimos y sardinillos.

Viento portentoso

Al borde de la plazoleta, en la cúspide, el viento sopla portentoso, uno siente que casi lo levanta como hoja seca o pedazo de papel.
Precisamente desde allí uno se queda extasiado viendo cómo se ve de preciosa la Ciudad de Managua, ubicada entre una masa tupida de árboles como en un hoyo, rodeada, en primer lugar de Los Filones de El Crucero, los cuales forman una «media luna» desde Mateare hasta el Volcán Masaya.
Aquí mismo, cerquita, en el borde, uno ve Managua bordeada por los Cerros de Motastepe, Xavier, Los Martínez, Batahola, Lomas de San Judas, la Península de Chiltepe y como «observador» aparece el Peñón negro quemado de Las Piedrecitas.
Desde allí se aprecian en todo su esplendor las Lagunas de Asososca y Nejapa, en torno a la cual hoy se ven florecer de verdes los árboles en una oquedad profunda que antes estuvo completamente seca.
Al caminar por la trocha, encontramos que la misma está cortada por zanjones y derrumbes, propicios, precisamente, para que se produzcan avalanchas de arena hacia el lado del poblado de Motastepe en Ciudad Sandino.

Salvador Esquivel González y yo bajamos al paredón Este del Motastepe, donde estuvieron ubicadas las siglas famosas del FSLN, las cuales es fácil volver a colocar con sólo construir una especie de edificio de concreto armado en la falda alta de este Cerro legendario en Managua.

Basurero enorme

En este reportaje vale destacar la existencia de un basurero enorme, extendido desde la Comarca Nejapa hasta cerca del Restaurante Panorama, entre la Laguna de Nejapa y las faldas del Motastepe.
En esa faja geográfica echan miles de toneladas de desechos de construcciones y basura, lo cual está provocando daños ecológicos profundos.
Le sugerimos a la Alcaldía de Managua que mande a eliminar esos bnasureros, que siembre árboles en las laderas del Cerro y que la cúspide del Motastepe sea convertido en uno de los Miradores más maravillosos de Managua, previa reparación, por supuesto, de la trocha que hemos mencionado.
Salvador y yo retornamos a Nejapa a las doce del día de este Viernes Santos, Viernes 13, portando en nuestras mochilas las frutas ya mencionadas.

Acerca de Pablo Emilio Barreto Pérez

Pablo Emilio Barreto Pérez es: *Orden Independencia Cultural Rubén Darío, *Orden Servidor de la Comunidad e Hijo Dilecto de Managua.
Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.